La Parroquia de El Toboso celebra la Fiesta y Romería de San Isidro Labrador, patrón de agricultores y ganaderos

 La Parroquia de El Toboso (Toledo), por medio de la Junta Directiva de la Hermandad San Isidro Labrador, celebró el pasado fin de semana los actos religiosos y festivos que la Patria de Dulcinea dedica todos los años al patrón de los agricultores y ganaderos de la localidad. Así, los días 9, 10 y 11 de mayo, se celebró un solemne triduo en la Iglesia Parroquial a las 20.00 horas de la tarde. Fue el día 11 de mayo, al término de la Misa de triduo de la tarde, cuando la imagen de San Isidro Labrador que se venera en El Toboso, fue trasladada en solemne procesión desde la seo toboseña hasta la plaza de la Gascona, lugar desde donde partió otra comitiva popular para devolver al Santo desde la villa hasta su ermita, sita a unos cinco kilómetros del pueblo y lugar donde se celebró la romería al día siguiente.

La jornada festiva y principal fue el sábado 12 de mayo, en las inmediaciones de la Ermita de San Isidro. A las 12.00 horas del medio día y en la carpa instalada al costado de la ermita, tuvo lugar la celebración de la Santa Misa en honor al santo patrón de los agricultores y ganaderos. El oficio religioso estuvo presidido por el párroco de la localidad, D. Juan Miguel Romeralo Santiago, y participada en los cantos por el Coro Parroquial. En el transcurso de la celebración, la Junta de San Isidro, presidida por su presidente D. Jesús Esquinas Muñoz, dedicó un sentido homenaje al agricultor D. Antonio Morales Lonzano en agradecimiento y reconocimiento por su trayectoria laboral en las tareas del campo y dedicar toda una a la agricultura, así como por su devoción a San Isidro Labrador. También acompañaron en este momento representantes del Consistorio toboseño.

Seguidamente, la imagen del santo procesionó por toda la explanada que conforma el paraje de San Isidro en El Toboso para terminar esta parte religiosa de la fiesta con la oración y bendición de los campos «para que nos proteja y nos ayude a sacar adelante nuestras cosechas adelante sin ningún quebranto», como desea y expresa el presidente de la Junta Directiva, Esquinas Muñoz, en el programa de fiestas que esta Hermandad organiza y realiza todos los años para fieles y devotos toboseños que se acercan hasta este lugar con el fin de pasar una jornada de romería festiva, llena de actos lúdicos y populares.

Saluda del Párroco

«La fiesta de san Isidro Labrador, en la que los agricultores y ganaderos creyentes se reúnen en torno a su patrón para por medio de él dar gracias a Dios por los frutos recibidos y suplicarle siga bendiciendo nuestros campos y familias, se inserta dentro de esa gran tradición que hunde sus raíces en las primeras páginas del Antiguo Testamento cuando aquella originaria familia, salida de las manos alfareras del Creador, buscaba lugares elevados para realizar sus ofrendas de alabanza y agradecimiento por todos los cuidados con los que Yahveh prodigaba hacia ellos.

Esa primera gratitud espontánea toma forma en el cuarto libro de la Sagrada Escritura en el que Dios, por medio de Moisés, va enumerando y describiendo las principales solemnidades anuales y cuya lista la cierra la Fiesta de los Tabernáculos o Sukkot. En esta fiesta que se alargaba a siete días, todos los hebreos eran invitados a trasladarse a la capital, a Jerusalén (viviendo en tiendas o tabernáculos) y así dar continuas gracias a Dios por haberles protegido siempre; especialmente durante la larga travesía en el desierto.

Las distintas ermitas de san Isidro suelen estar fuera del núcleo de las poblaciones, en el campo, acompañando a los agricultores y ganaderos en el lugar donde pasan la mayor parte de su jornada laboral. Son un recordatorio constante de ese corazón agradecido que es fácil encontrar en todo aquel que con el paso del tiempo ha sido labrado-pastoreado por el “Dueño de la viña”, por el “Buen Pastor”. Al que sigue a Dios de cerca se le nota y no puede ocultarlo. La primera palabra que con frecuencia asoma a sus labios no es otra que “gracias” consciente de que es un mero colaborador  que hace sólo lo que puede y el resto, con confianza, lo espera de lo Alto. Acostumbrado  a darle gracias a Dios continuamente ve innumerables  ocasiones  de  utilizar  esa  misma  expresión  en  el  trato  con  los  demás, especialmente con los de casa. Quizás sea ésta una buena ocasión para pedirle a san Isidro y a su santa esposa, María de la Cabeza, que nos ayuden a recuperar en nuestras casa, con los nuestros, ese bendito sonido que a buen seguro es capaz de abrir las puertas del cielo».

Advertisement Advertisement Advertisement Advertisement