Opinión

El clásico fue de Messi, que revienta la Liga

Independientemente  de los colores y simpatías que despierten uno u otro equipo, el Real Madrid-Barcelona jugado en el Santiago Bernabéu ha sido todo un espectáculo.  Los dos equipos más grandes del continente han protagonizado un partidazo mayúsculo, que se ha decantado del lado del  Barcelona porque entre sus filas hay un jugador que no es de este planeta y que se llama. Lionel Messi.

    El astro argentino, en el minuto 92 decidió el partido de forma majestuosa y puso la liga patas arriba al ganar el Barcelona por 2-3. Triunfo que le sirve para ponerse como líder con los mismos puntos que el Madrid pero con la ventaja del gol average particular. 

   Con el triunfo del Barça, la liga está más abierta que nunca, aunque el Madrid sigue teniendo la baza de tener un partido menos, el que tiene que jugar con el Celta el próximo 17 de mayo, que puede ser decisivo si tenemos en cuenta lo sucedido en el Bernabéu.

  Si vuelve haber liga es porque lo ha querido Messi. Así lo quiso el argentino que gobernó por Chamartin de forma imperial:mandando, templando y marcando goles decisivos. Hizo  el empate a uno y el último y definitivo, que le sirve a su equipo para reengancharse a la liga cuando peor pintaba para los azulgranas.

    A Messi el Barcelona le debe sus existencia en esta liga. Todo el fútbol de su equipo pasó por él, porque muchos  de sus compañeros pasaron de puntillas por el estadio madridista. Él fue quien gestionó el partido a su antojo y lo terminó  coronando  después de que el Madrid  hubiera apelado a la heroica con el empate a dos de James a falta de cinco minutos y con diez jugadores.

   Fue un partido brutal en todos los sentidos, sometido a un intercambio de golpes a cara descubierta y sin ninguna protección, y fue un partido definido por un jugador magistral,un auténtico genio llamado Messi, que fue no sólo determinante sino que desestabilizó al Real Madrid al provocar la primera amarilla a Casemiro en el minuto 11, que bien puedo ser la expulsión poco tiempo después; y la roja directa a Sergio Ramos, que le entró con los dos pies por delante y fue justamente expulsado. El central madridista, otras veces salvador, perdió la cabeza en en el minuto 78 de partido y a la postre fue decisivo para la suerte final del encuentro.

    Ganó el Barcelona como podía haber ganado el Real Madrid, que con diez jugadores jugó mejor que el equipo azulgrana, gozando  de  buenas ocasiones para marcar, pero en  esas oportunidades Ter Stegen, sensacional el portero alemán, las desbarató. Lo mismo hizo Keylor Navas, que estuvo providencial  con dos  grandes intervenciones, una  a Piqué a bocajarro   y otra  a a Luis Suárez , además de atajar algún tiro envenenado de Messi, que todo lo que hizo tuvo una influencia negativa para el Real Madrid, que lo sufrió como nunca.

    Todo comenzó como era previsible, con el Madrid en plan efervescente  al sentirse eufórico tras clasificarse semifinalista de la Champions. Mientras que su rival, aparentemente se presentaba alicaído tras caer frente a la Juventus.

   A ese arranque pletórico le faltó el gol que pudo llegar si el colegiado canario Hernández Hernández hubiera señalado penalti de Umtiti a Cristiano Ronaldo en el minuto 2. El árbitro se encogió, como lo hizo después al  no sancionar con la segunda amarilla a Casemiro. Tampoco quiso saber nada del codazo de Marcelo a Messi, pero aquí estoy seguro que no lo vio.

   En esas estábamos cuando llegó el gol de Casemiro a la media hora de partido como consecuencia de una jugada a balón parado donde Sergio Ramos partió de una posición legal.

   Fue marcar el Madrid, y el colosal Messi, se arremangó y comenzó su exhibición. Pocos minutos después, igualó la contienda con un tanto lleno de velocidad y de precisión, estando muy bien acompañado por Iniesta y Rakitic. El croata después marcaría  en el segundo periodo el 1-2 de un disparo fulminante.

La desigualdad en el marcador sentó a cuerno quemado  al Madrid, algo que detectó bien Messi. Sergio Ramos se excedió en la entrada y se fue a la calle entre reproches a Piqué. Zidane, entonces echo mano de James por el indolente Benzema,  y de forma épica, el Madrid con diez jugadores  estaba cercando la portería azulgrana, empató (2-2) a falta de cinco minutos. Parecía el resultado definitivo, que tal vez hubiese sido lo más justo. Pero, había un jugador que no estaba conforme y que quería engancharse a la liga en casa de su gran rival. Ese era, Messi, que dejó bien claro quién es el número uno. En el último instante, marcó el definitivo 2-3, que dejó en silencio al Santiago Bernabéu. Le sobró la celebración al quitarse la camiseta, retando y hasta desafiando al Santiago Bernbéu. Eso,no me gustó. Fue una provocación.

  Al margen de ese feo gesto, la verdad es que  no ganó el Barcelona, ganó Messi con su soberbio partido que merece un monumento.

  Al Madrid, nada hay que achacarle en cuanto a actitud y ganas. No ganó porque enfrente tuvo a un jugador que no es de este planeta y que ha puesto la liga al rojo vivo.

   A quien si hay algo que achacar es a Zidane, porque creo sinceramente que se equivocó alineando a Bale que acababa de salir de un undécima lesión, quien por cierto a los 25 minutos de nuevo volvió a lesionarse.

   La idea de Zidane es que el Madrid le metiese velocidad al partido, pero Bale no está para correr y nunca tenía que haber jugado. Así lo pensamos nosotros, al igual que sus propios compañeros. El técnico madridista sabrá por qué lo hizo y debería explicarlo. Me pareció un inmenso error, cuando hay otro jugador que se está saliendo como Asensio que debió iniciar el partido de titular. Cuando salió demostró, poniendo un gol a Cristiano que falló de forma lamentable, que Zidane cometió un grave error. El chaval pide minutos a gritos. A Isco, también debió tener en cuenta el entrenador blanco, que se empeña una y otra vez en la BBC. Ninguno de los tres estuvieron a la altura. El portugués, en la posición de  delantero centro, fue el único que probó a Ter Stegen, que le hizo un par de  buenas paradas. Benzema, volvió a su lado oscuro y no aportó nada de nada.

     Zidane, debió fijarse en como la Juventus marcó a Messi, que lo hizo de forma escalonada y no individualmente.  En resumen, que Zidane, en el peor momento y ante su gran rival, no tuvo su día como técnico. Además de todo esto, en los últimos dos minutos al Madrid le faltó cabeza.  Se le olvidó que el empate a dos le valía y se fue al ataque dejando huecos por donde se escapó  Sergi Roberto que protagonizó una  cabalgada por todo el campo sin que nadie le parase.

   La derrota madridista da vida a su máximo rival, que recobra moral y optimismo para luchar cuerpo a cuerpo por el título.Por lo tanto hay liga. Faltan cinco jornadas y está que arde con Barcelona y Madrid empatados a 75 puntos, pero eso sí, el Madrid con un partido menos.

   Como decíamos, independientemente del resultado y colores, el partido  Real Madrid-Barcelona fue un hermoso espectáculo, un homenaje al fútbol con Messi como gran emperador.

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