Opinión

Cristiano ya no es intocable

  El día 24 de septiembre,en Las Palmas, fue la fecha en la que Zinedine Zidane demostró tener personalidad al sentar a Cristiano Ronaldo que estaba protagonizando otro mal partido. Fue en el minuto 70, cuando se atrevió a sustituir al portugués que sigue en el  lado oscuro. Fue un cambio necesario porque Cristiano sigue sin estar en posesión de esa frescura física que le hace ser pura dinamita.
  Como es lógico, y más tratándose de Cristiano, su reacción no fue la más adecuada. Aunque le respondió a la mano que le tendió Zidane, lo hizo con un gesto de desaire y profiriendo palabras en portugués que no eran de cariño, precisamente.
 Cristiano Ronaldo, magnífico jugador, pero egocéntricos a más no poder, debe entender que su actual estado de forma no le da para jugar los 90 minutos.Minutos que no está aprovechando porque está en muy baja forma. No termina de  subirse al carro de ese fútbol fuerza que le caracteriza. No está, llega tarde al remate y su juego es más egoísta que nunca.
 Cristiano no es dudoso como futbolista y como jugador entregado para la causa, pero actualmente no pasa por su mejor momento. Y Zidane hizo bien en cambiarlo porque nada estaba aportando al equipo frene a las Palmas. Tardó demasiado tiempo en sentarlo. Ni remata, ni ayuda, ni presiona, ni nada de nada. El Cristiano de los últimos dos partidos es más un estorbo que una solución.
 Su enfado al sentarse en el banquillo no sé si es por asumir su pobre estado de forma o por la decisión de Zidane. Me inclino más por la segunda opción. Es tan egoísta, que solo piensa en sí mismo. Debería ser más solidario con sus compañeros, pensar más en el equipo  y aceptar su estado actual, que no es el más idóneo.
 Zidane, después en rueda de prensa expresó que lo cambió para que el próximo martes que se enfrentan al Borussia de Dortmund, esté más fresco. Como justificación no está mal, pero está claro que lo retiró por su mal rendimiento.
  Urge que vuelva a ser el de siempre. El Real Madrid necesita esa plenitud y energía de Cristiano Ronaldo como agua de mayo. El portugués, volverá no lo duden, pero de momento no está.

  Una de las razones que se pueden achacar al empate (2-2) del Madrid frente a Las Palmas es la baja forma por la que atraviesa su goleador, Cristiano. Un jugador de 50 goles por temporada y que solo lleva uno en esta liga. Con el portugués en plenitud al Madrid no se le hubiese escapado la victoria del estadio Insular canario.
   Con el estado actual de Cristiano, el equipo blanco ha perdido eficacia rematadora que fue lo que le sucedió en Canarias.
  El Madrid tuvo ocasiones para ganar con suficiencia el partido pero fallaron en el remate. No solo Cristiano  estuvo desacertado, también lo estuvieron Morata, Kroos, Benzema cuando salió en la segunda parte, y hasta Isco que tuvo la última en el último instante.
   No obstante, el Madrid aunque dominaba dejaba demasiado espacios para que el buen equipo de Las Palmas sacase con tranquilidad la pelota jugada. No había presión ni de los delanteros blancos ni de los centrocampistas con Kroos y Modric actuando como dos pivotes. Se fue corrigiendo con el paso de los minutos, pero tardaron en darse cuenta de la situación.
   Asensio  marcó por el Madrid tras jugada de Nacho por la banda izquierda, pero pocos minutos después empató Tana por Las Palmas, en un desajuste defensivo. Más que desajuste, yo diría que pasividad de la defensa madridista, sobre todo de Varane, que tampoco está de dulce que digamos.

  En la reanudación, el Madrid fue ya el dueño y señor del partido. Las Palmas se replegó ante el empuje de los de Zidane que pusieron cerco a la portería de Varas. El gol tenía que llegar y llegó por mediación de Benzema que había salido en sustitución de Asensio por lo que el Madrid pasó a jugar con un 4-2-4. Ronaldo disparó mal, rechazó en el guardameta canario y lo aprovechó el francés para poner el 1-2.
  Tras el gol de Benzema el Madrid intentó matar el partido, pero siguió con su falta de eficacia rematadora. Así transcurrió el segundo periodo hasta que a falta de diez minutos peco de conformismo. Si Las Palmas acabó por tener premio fue por ello más que por sus fuerzas, escasas en ese tramo. La confianza penalizó al Madrid con lo inesperado, en la acción que concluyó con el tanto de Araujo y que supone el segundo empate consecutivo de los blancos que parece que el color amarillo les trae mala suerte. Ya lo decía Luis Aragonés: “el amarillo es el color de la mala fortuna”
  El empate a dos es un mal resultado para el Madrid, pero contrariamente a los tres  últimos partidos jugados en esta ocasión salió enganchado desde el principio pero no tuvo suerte. Si alguien mereció ganar,ese fue el Real Madrid. El resultado no reflejó lo que pasó en el estadio Insular.
  El único pero que hay que ponerle ante el buen equipo de Las Palmas, que sabe a lo que juega y cómo hacerlo (es un equipo de autor), es la bajada de tensión que sufren los de Zidane en alguna fases del partido. En una de esas bajadas de tensión  de la defensa blanca, llegó el gol del empate de Araujo a falta de cinco minutos para finalizar el encuentro que dejó atónitos a los jugadores blancos, que perdieron la ocasión de seguir manteniendo a tres puntos al Barcelona. Ahora solo está a uno
     Al final del partido, Cristiano rumió su rabia en el banquillo no sólo por haber perdido dos puntos, sino porque  el técnico madridista  había osado cambiarlo. La de de Zidane no es una decisión cualquiera porque Cristiano ha dejado de ser intocable. ¿Habrá consecuencias?
PD: Es hora de que vuelva Keylor Navas.
 

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement Advertisement Advertisement Advertisement