Opinión

En un duelo de colosos, el Sevilla acaba con la racha de Zidane

 

Tenía que ocurrir tarde o temprano, y ocurrió:  el Real Madrid de Zidane  sufrió su primera derrota después de 40 partidos imbatido. Adiós a la racha 284 días después. Fue el Sevilla quien le venció 2-1 en la jornada número 17 de liga derribando al muro madridista tras un partido con mayúsculas lleno de pasión, emoción y de fútbol total.

El encuentro estuvo presidido por la máxima igualdad entre dos conjuntos que hicieron del equilibrio una virtud y que se dejaron todo en pos de conseguir el objetivo, la victoria.Una victoria que fue para el pletórico Sevilla que solo fue superior al Madrid en los últimos díez minutos, y más aún tras el autogol de Sergio Ramos. El fútbol es muchas veces un estado de ánimo y el Sevilla después de marcar Ramos en propia puerta fue un estilete desbocado que se comió al equipo que vistió de morado, que no supo hacer el fútbol control que se demandaba tras marcar Cristiano el 0-1, de penalti.

El Madrid en esos últimos diez minutos, y más después del empate (1-1), estropeó todo el buen trabajo que había hecho  durante todo el encuentro donde neutralizó y hasta jugó mejor que el Sevilla. Pero en ese tramo final el equipo del Nervión, lo mató con un empuje y energía encomiable.
 El encuentro que presenciamos en el Sánchez Pizjuán fue enorme en todos los sentidos. Los dos equipos nos ofrecieron un espectáculo de primer orden. Los dos se dejaron el alma a su estilo en busca del triunfo que esta vez sonrío al Sevilla en el minuto 92, que fue cuando Jovetic consiguió el tanto de la victoria. Un gol que vino precedido de dos errores graves del Madrid.El primero fue de Benzema, que presa del cansancio o vaya usted a saber por qué, Vitolo le arrebató el balón y Jovetic quedó enfilado hacia la portería. Disparó sorprendiendo a un Keylor Navas que estaba muy adelantado y mal colocado. Jovetic hizo de Sergio Ramos en el triunfo del Sevilla,marcando en el último minuto...

Fueron dos errores puntuales que castigaron a un Madrid que perdió su magia en los últimos instantes de un partido grande.

Fue una noche cruel para el Real Madrid y sobre todo para Sergio Ramos. El central madridista fue el centro de la ira sevillista que volvió a insultarle de forma grave antes, durante todo el partido. Y por si fuera poco, después de la dura semana que ha pasado, el destino quiso que marcase en propia puerta. Un gol que sirvió para darle vida a un Sevilla que ya por entonces andaba  desesperado  a la búsqueda de la igualada.
Fue un duelo de colosos. El Real Madrid estuvo más firme pero el Sevilla fue tremendo y apeló  a la épica, su mejor arma.

El Sevilla con su extraordinario partido, confirmó que estamos ante un equipo que se cree lo que está haciendo, que tiene fútbol, ganas y sobre todo más fe que todos los santos juntos.

El partido fue muy equilibrado  e igualado en todos  los sentidos. Los dos entrenadores tácticamente, jugaron una auténtica partida de ajedrez. Zidane sorprendió con tres centrales (Varane, Sergio Ramos y Nacho) que rompían las cadenas de Marcelo y Carvajal en los costados. Casemiro, imprescindible, equilibrando al equipo. Delante, Benzema y Cristiano. El francés entonado, generoso pero muy intermitente para terminar haciendo la pifia que hizo posible  el gol último del Sevilla. El portugués,muy gris, ausente,poco participativo y  combativo.Fue el más flojo de todos y él era quien tenía que dar ejemplo después de haber descansado en la copa del Rey. Modric, si estuvo a un gran nivel dirigiendo el cotarro.. Por él pasan todos los balones. Reparte el juego de costa a costa, convierte lo normal  en aventura. Es un espectáculo  cuando se acerca a la corona del área. Chuta, sirve, dribla y ve lo que nadie ve. Una maravilla de jugador.

Sampaoli, por su parte tuvo que rectificar haciendo constantes movimientos  de sus jugadores con un enorme Nzonzi, que se marcó un partidazo cortando balones imposibles y haciendo fluir el juego de los suyos. Fue el alma, el estandarte de un Sevilla que jamás se rindió. Es más, después del gol de penalti de Cristiano, el equipo del Nervión se vistió de una fe encomiable y se llevó el partido más que nada por convicción y por ese carácter indomable con el que le ha dotado Sampaoli, un magnífico entrenador.

El Madrid, no me ha defraudado ni mucho menos. Jugó hasta mejor que su rival durante 80 minutos, pero a partir del gol de Cristiano, fuese por cansancio y relajación, el caso es que pasó de la firmeza a la flacidez y le costó el partido.

Al Sevilla le salvó su enorme fe y al Real Madrid le perdió el infortunio por el autogol de Sergio Ramos y el disparate de Benzema y Keylor en el gol del triunfo sevillista, obra de Jovetic, el verdugo de los madridistas en los dos últimos partidos

Ahora se hablará de si esta derrota puede pasar factura al  Madrid. No lo creo porque en el Sanchez Pizjuán ante un pletórico Sevilla, vi a un Real Madrid con mucho empaque que perdió por los avatares del fútbol. No creo que le afecte el haber perdido su inmaculada racha . Pero lo que sí hay, es liga. Se pone emocianante.

 

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