Opinión

Líder de las remontadas

La fe mueve montañas, y esa fe fue la que salvó al Real Madrid  de un naufragio frente a equipo tan fiable como el Villarreal que durante una hora hizo un fútbol de altos vuelos que tenía anestesiado a un Madrid menor.

  Hay pocos equipos, por no decir ninguno, que tengan la casta y furia  que tiene el equipo de Zidane. Otro, en su lugar, y tras ponerse los de Castellón 2-0 en el marcador se hubiesen venido  abajo. En el minuto 55   el Villarreal ponía distancia  de por medio  con los goles de Trigueros y Bakambu. Parecía una losa definitiva para un Real Madrid desmadejado, roto por el centro del campo y con lagunas defensivas. Era un equipo sin mordiente con mucho toque y poca profundidad. Le faltaba expresividad y  decisión. Estaba achicado.

    Pero se rebelaron contra el destino negro que se presagiaba en el estadio de la Cerámica. El gol de Bale, de impecable cabezazo a pase de Carvajal en el minuto 63, abrió la puerta de la épica a la que está acostumbrado el equipo de Zidane. La épica, y porque no decirlo la decisión errónea del colegiado  que señalo como penalti una mano de Bruno cuando se ve claramente que es un rebote que de forma involuntaria le da en la mano. El penalti más que riguroso lo transformó Cristiano Ronaldo, logrando el 2-2,  abriendo el camino para la remontada que consiguió Morata de un majestuoso cabezazo que el guardameta Andrés Fernández, cándidamente quiso atrapar y lo terminó metiendo en su portería. Esa épica  volvió a rescatar al Real Madrid  de una noche que amenazaba desastre  para los blancos que a las 21,55 estaba perdiendo el liderato. Estaba al borde del precipicio y en 2o  minutos salvó esa privilegiada posición a base de orgullo.

  De nada había servido el fútbol sublime del Villarreal ante el arreón final de los blancos que como bisontes se fueron a la portería de los amarillos. Donde no llegó el fútbol de los blancos, llegó la pasión que pusieron en el tramo final para salvar una situación dramática.

   La clave en el resurgir madridista estuvo en los cambios, que esta vez, acertadamente hizo Zidane. Isco, que entró por el  lento Casemiro, fue en esta ocasión  determinante en el cambio de rumbo.. Fue el  guía que iluminó a los atacantes y que llevó el orden a un centro del campo que hasta entonces era un quiero pero no puedo, con un desdibujado Kroos y un intermitente Modric. Los delanteros, sobre todo Cristiano Ronaldo y Bale  aparecieron para hacerse notar hasta el triunfo final por 2-3.

   La otra clave fue la entrada de Morata por el inoperante Benzema que sigue en su estado vegetativo. Su apatía es un insulto permanente. Pero, llegará el próximo partido y de nuevo será titular. ¿Hasta cuando hay que aguantar su desidia, señor Zidane? Si sigue empeñado en defenderle terminará arrastrándole  a él.  Zidane a veces parece más un político que un entrenador.  Morata, hoy por hoy debe ser el delantero centro titular.

  El Madrid ganó, si. Remontó, si. Tiró de orgullo y hasta de épica, si. ¿Pero jugó al fútbol? poco y a ratos. El caso es que espoleado por los sucesos de Mestalla, empezó bien presionando muy arriba y con alguna ocasión como la de Benzema que rozó el gol con un cabezazo que sacó como pudo Asenjo, que acabaría lesionado. Mala suerte la de este chico, ya que de nuevo se ha roto la tríada de su rodilla izquierda.¡ Animo! para Asenjo, en estos momentos tan delicados.  El fútbol está siendo muy cruel con Asenjo.

 El Real Madrid  incomprensiblemente, tras unos buenos quince minutos iniciales, se fue apagando hasta entregar la cuchara al Villarreal  que entonces  le dio todo un recital de fútbol.. El costado de Marcelo era la principal vía de entrada del equipo amarillo. Castillejo  hizo diabluras por esa banda ante un inoperante Marcelo que de defender, más bien poco. Por ahí el Villarreal empezaba las jugadas que casi siempre tenían rematador ante la floja  defensa de los blancos que apenas tenían la ayuda de sus centrocampistas, muy desdibujados toda la noche.

     Bruno, el centrocampista local, se erigió en el emperador de la noche ante la vista gorda de un tierno Kroos. Nadie del centro del campo del Madrid , y tampoco Zidane, se percató de la importancia de este jugador que es el alma del Villarreal, que aguantó como un equipo de verdad  hasta que el minuto 70. A raíz del riguroso penalti, los de la Cerámica se apagaron presos del desánimo y de las pocas fuerzas físicas que les quedaban.

   El Madrid, vio herido a su oponente y a por el que se fue. La entrada de refresco de Isco y la efectividad después de Morata, fueron determinantes para rescatar al equipo de Zidane que estaba con la soga al cuello.

 De todas formas el Real Madrid no puede tirar de la heroica, porque eso es un arma de doble filo. No todas las veces resulta. Tiene y debe jugar con más vigor, regularidad, entusiasmo e intensidad  porque te coge un equipo con más veteranía y fortaleza, con todos mis respetos por el Villarreal, y con 2-0 de ventaja de hace un roto.

   Y aviso  para Zidane, cuando jugó con su once de gala, fue cuando su rival le dio todo un baño de fútbol. Renovarse o morir. Tiene un equipo de lujo y puede y debe   hacer cambios que reviertan en el bien del equipo como sucedió en La Cerámica..

    En veinte minutos frenéticos, el Madrid salvó el liderato con una remontada que puede valer un campeonato. Los blancos con un partido menos siguen primeros en la clasificación.

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement Advertisement Advertisement Advertisement