Opinión

Lunin y Brahim, secundarios de lujo

Vuelta a Europa, el Real Madrid  sigue en estado de gracia, ganó 0-1 al Leipzig después de un gran sufrimiento ante  el empuje y coraje del conjunto alemán. Ha cobrado ventaja en la ida de los octavos de final de la Champions, gracias a la gran noche de su guardameta Lunin que sostuvo a su equipo frente al ataque voraz del equipo de Marco Rose, con hasta nueve paradas que terminó por desesperar a los alemanes.

Fue la noche de dos secundarios como son Lunin, que con su gran actuación se ha consagrado, y de Brahím que sigue sumando argumentos para que Ancelotti lo siga teniendo en cuenta, que ya lo tiene. El malagueño con un golazo que más bien fue una genialidad, consiguió un triunfo que vale  oro para la vuelta, en el Bernabéu, teniendo en cuenta que el Leipzig fue superior en muchas fases del partido.

El equipo alemán, hizo honor a su nombre Red Bull Leipzig, y salió como un toro lleno de ímpetu y de energía. Así comparecieron, conscientes de que estaban ante una gran oportunidad de vencer a un Real Madrid muy mermado por las bajas. Sin su portero titular, sin sus centrales titulares y sin su gran figura, Jude Bellingham. Pero el equipo de Ancelotti, con suerte y sin ella, volvió a demostrar que por encima de todo, es un equipo.

Ganó con sufrimiento, pero ganó. Una gran jugada individual de Brahim (sustituto de Bellingham) solventó el partido y alivió el sofoco madridista en su visita a Alemania, siempre territorio hostil. El secundario Brahim,tras marcar un espectacular gol , se retiró lesionado.

El Leipzig, quinto clasificado en la Bundesliga, es un buen equipo que ya comenzó a tenerse en cuenta en el año de la pandemia cuando jugó las semifinales de la Champions. Es un buen equipo que hace de la velocidad y el ímpetu, su razón de ser.

Y de esa forma comenzaron el partido,a toda pastilla. El Madrid a los dos minutos ya empezó a pasarlo mal. Sesko cabeceó a la red tras disparo fallido de Schlager. El VAR vio algo raro en la posición de Henrichs que empujó a Lunin, el linea levantó la bandera y la sala del vídeo arbitraje recomendó anular el gol. Más que discutible la decisión.

Fuese por ese gol anulado que no entendieron, pero el caso es que los alemanes volvieron a la carga con más rabia aún. A Nacho, que estuvo muy impreciso toda la noche,  le quitó un balón Simons que cedió a su compañero  Sesko, este  se hizo un lío y Lunin le ganó la partida. El español Olmo se movía muy bien entre líneas y volvió a dejar al delantero en un mano a mano con Lunin que sacó con los pies. En la siguiente oportunidad, hacia el minuto 20, acudió en la ayuda Tchouaméni, muy seguro y acertado durante todo el partido.

Durante la mitad del primer periodo, el equipo alemán era un aluvión constante con transiciones muy rápidas. Pasado ese tiempo,  el Madrid empezó a entrar en  el partido haciéndose dueño del balón, con Kroos y Camavinga llevando las riendas haciendo aperturas hacia las bandas que ocupaban Vinicius y Rodrygo, con Brahim como delantero centro cuando tenían la pelota, posición en la que estaba perdido. Todo lo contrario cuando se colocaba entre líneas, entonces veía la luz como sucedería después en el gol del triunfo.

No había claridad atacante en los hombres de Ancelotti.  Vinicius estaba muy vigilado por el francés  Simakán, pero con sus regates metía el miedo en el cuerpo. No había peligro, apenas un disparo de Kroos durante todo el primer tiempo.

El panorama cambió tras pasar por los vestuarios. En el minuto 48, Brahim partiendo desde la banda derecha, fue sorteando hasta a tres jugadores, llegó al pico del área y ahí  con un precioso zurdazo batió al guardameta Gulácsi por la escuadra derecha. Fue un gol de genio y artista.

El Gol le sirvió al Madrid solo  para tomar ventaja no para gobernar el partido. El Leipzig siguió atacando con todo y entonces apareció Lunin, que fue quien sostuvo el resultado junto al excelente partido de Tchouaméni, que fue todo un muro tanto por abajo como por arriba. De central está teniendo más predicamento que de centrocampista.

Los alemanes no cejaban en su empeño de atacar y seguir atacando y el Madrid achicaba el agua como podía. Tanto atacaba el Leipzig, que al Madrid se le abrieron los espacios y por ahí corrían los Valverde, Vinicius y Rodrygo. Este último en el minuto 63, gozó de una gran ocasión para haber marcado el segundo y Vinicius, que se fue de cuantos le salieron al paso, en el minuto 73 pudo sentenciar la eliminatoria al entrar en el área y tocar con suavidad con el exterior un balón que se fue al palo, sin que nadie lo rematese después.

El Madrid pudo sentenciar y el Leipzig pudo empatar pero la inspiración de un inmenso Lunin lo impidió en su gran noche europea, donde sale consagrado.

El Real supo sufrir y se trae para la vuelta de estos octavos de final del próximo seis de marzo, un buen resultado. Pasó la prueba en la siempre difícil  Alemania.

 

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