Opinión

La peor España en mucho tiempo

El  VAR salvó a España de una dolorosa derrota frente a Marruecos, que sin hacer nada del otro mundo tuvo en jaque a la selección española que jugó con  más sombras que luces.

Los marroquíes con un juego simple y básico pusieron contra las cuerdas a una España que aún no le ha cogido el pulso al Mundial de Rusia. El empate (2-2) del final  que le sitúa en la primera posición del grupo B, llegó de carambola. Todo cambió  en el tiempo de descuento, concretamente a las 21,50. A esa hora se produjo un giro brutal de los acontecimientos, donde coincidieron  dos acciones revisadas por el VAR. El gol de Iago Aspas en Kaliningrado ; y en Sarank, el penalti por mano del defensor portugués Cedric que posibilitó el empate (1-1) entre Irán y Portugal, que hizo sufrir a los lusitanos que a punto estuvieron de caer eliminados, porque un gol más de Irán les hubiese dejado fuera. También es verdad que Cristiano, falló un penalti.

El empate (2-2) ante Marruecos, que jugó como si le fuese la vida, fue una bendición para España. El colegiado de Uzbekistán , Ismatov, por indicación de su juez de línea había anulado el gol de tacón de Aspas, por fuera de juego. Él VAR lo corrigió y dio validez al tanto del delantero español. Todos resoplaron. Gracias a este empate y al de Portugal, la selección española termina como primera de grupo sin saber muy bien cómo ha sido.

Desde luego jugando así no vamos a ninguna parte. Frente a Marruecos vimos  a la peor España en mucho tiempo.  Hizo un partido infame.Fue un equipo irreconocible, muy previsible, sin alma, sin chispa. Y lo que que peor aún jugando con prepotencia y con poca aplicación. Por estar hasta estuvieron torpes, como en el fallo en el primer gol de Marruecos que marcó Butaib, por una indecisión entre Ramos e Iniesta. A la que siguió otra torpeza de Piqué que no estuvo atento en un saque de banda que pudo costar el segundo tanto de los marroquíes. Enfin, que  vimos a una España  calamitosa, nerviosa, sin ideas  y muy desdibujada.

Lo única jugada con criterio que hizo la selección española fue  en el gol del empate (1-1), de Isco, el único que está brillando con luz propia. De nuevo fue el mejor de un equipo español que está en el lado oscuro del fútbol.

España hizo méritos para quedar eliminada. Hizo un partido errático contra Marruecos, que no había marcado un solo gol en sus dos partidos anteriores y que mucho menos había ganado.

 No viaja España cómoda por este Mundial. Por los motivos que sea, que algunos hay, la selección sobrevive de mala manera a los partidos donde quitando un rato ante Portugal, no ha jugado a nada.

 El equipo de Fernando Hierro, en cuanto a su confección estuvo mal parido. Tres artistas de hilo fino no pueden coincidir en el centro del campo. Ahí falta más músculo y sobre todo jugadores de más sacrificio. Sobra técnica y falta fuerza. Salvo Busquets, nadie roba un balón en la parcela central. Me sobró Thiago, un pega pases intrascendente; y si me apuras hasta Silva, que está en un momento muy bajo. Como consecuencia de esa falta de atención en el centro del campo y de la poca ayuda de los delanteros, la selección española estaba partida en dos, facilitando las contras de Marruecos que también encontraban ayudas en el mal repliegue de nuestra defensa, que tampoco está acertada.  Los dos laterales no son los de sus clubes;  Ramos y Piqué parecen que ya están de vacaciones. Si a eso añadimos el mal  momento del inseguro y nervioso De Gea, se explica la  falta de personalidad del combinado nacional que ha perdido hasta su  identidad. 

Sigo insistiendo que sobamos demasiado el balón para no llegar a ninguna parte. Tenemos que darnos cuanta  que este sistema de ahora nada tienen que ver  con el Tiki-taka de Luis Aragonés y Vicente Del Bosque. Aquel abría huecos en la defensa contraria y ahora los cierra. La diferencia está en la velocidad. Eso antes se hacía a una velocidad de vértigo; mientras que ahora lo ejecutamos con lentitud y con parsimonia, siendo muy previsibles.

 Llegados a este punto, es hora de que Fernando Hierro ejerza de entrenador. No lo ha hecho hasta ahora. No lo hizo en la confección de la alineación; solo removió el equipo cuando estaba con el agua al cuello.

Se imponen cambios porque hay jugadores que simplemente aún no han comparecido en este Mundial. Es el caso de Silva, que está desconocido; Thiago poca presencia y escasa participación. Diego Costa,aunque pela para la causa, se pierde en mil batallas.  Tres titulares frente a Marruecos que nunca aparecieron. Koke, Saúl, Asensio y Iago Aspas, merecen una oportunidad. Hierro tienen que empezar a tomar decisiones.

La cuestión ahora no es  saber si era más conveniente  medirnos a Uruguay o a Rusia. El problema es la propia España que ha perdido esa magia que le hizo ser un equipo diferente. La selección española pasa a octavos de final tocada, pero esperemos que  no hundida.

No obstante  el primer puesto del grupo no puede tapar el fútbol grosero,ramplón y sin alma con que ha jugado la selección española, que ha perdido su identidad y el respeto de sus rivales,  en la primera fase.

 El domingo a partir de las cuatro de la tarde en el estadio Luzniki de Moscú, se enfrentará a la anfitriona, Rusia en los octavos de final. Esperemos que para entonces España  vuelva a tener hambre de triunfos.

 

 

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