Merino califica de “indignante” la pasividad del Gobierno de Page ante la “desesperante” situación por la que atraviesa el campo castellano-manchego

Recuerda que los agricultores y ganaderos de esta tierra se han “visto obligados” a volver a salir a la calle para defender la dignidad de una profesión considerada “esencial” en este momento de crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia

 

La portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, Lola Merino, ha calificado de “indignante” la pasividad del Gobierno de Page y del consejero de Agricultura ante la “desesperante” situación por la que atraviesa el campo castellano-manchego.

Así se ha pronunciado Merino, tras comprobar los daños que ha provocado en el olivar el temporal Filomena en los municipios toledanos de Carriches, Santa Olalla y Santa Cruz del Retamar, donde ha recordado que nuestros agricultores y ganaderos están sufriendo la incertidumbre ante la negociación de la PAC, las estrictas políticas conservacionistas, la sobrepoblación de conejos, una crisis de precios en sus producciones, el conflicto generado por la propia consejería en materia de agua, o la falta de apoyo o a los agricultores tras la borrasca Filomena.

Ante esta situación, Merino ha lamentado que los agricultores y ganaderos de esta tierra se han “visto obligados” a volver a salir a la calle para defender la dignidad de una profesión considerada “esencial” en este momento de crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia.

En este sentido, la portavoz parlamentaria ha criticado que el consejero Martínez Arroyo se haya convertido en el “consejero-anuncio “que se pasa el día anunciando medidas que son insuficientes y que no acaba de rematar.

Además de esto, ha denunciado la pasividad del ejecutivo de Page ante las graves pérdidas que han sufrido los agricultores con la borrasca Filomena y que no han tenido el apoyo esperado por parte de la consejería, que anunció un apoyo económico de 18 millones, un presupuesto totalmente insuficiente, ya que los daños provocados por la borrasca Filomena superan los 250 millones de euros en el olivar de la región.

Por todo lo anterior, ha insistido en que “la pasividad del consejero pone en grave peligro las rentas de miles de familias, los jornales que genera este sector y el mantenimiento de un sector que es el segundo de España en la producción de aceite de oliva de gran calidad”, ha concluido.

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