Desde tiempos inmemoriales, Almonacid del Marquesado ha mantenido una tradición oral que narra la endiablada en honor a la Virgen de Candelaria como a San Blas, que se celebrará durante este fin de semana en la localidad conquense.
Los días 1, 2, 3 y 4 de febrero la plaza y las calles de Almonacid se llenarán de diablos y danzantas que resonarán con intensidad los cencerros y paloteos en honor a los patronos.
El viernes dará comienzo la programación con el día de San Ignacio, donde los diablos se reúnen en la casa del diablo mayor hasta la casa del alcalde, acompañados de las danzantas y los vecinos del pueblo. Así, con las palabras del diablo mayor se inician oficialmente las fiestas patronales. Después de degustar los dulces típicos de estos días, los diablos volverán a la iglesia parroquial para pedir por los hermanos diablos que ya no están entre nosotros. El último recorrido despedirá el primer día de fiesta.
El sábado 2 de febrero, se celebra el día de la Virgen de la Candelaria, desde primera hora de la mañana, los diablos se juuntarán en la casa del diablo mayor para dar las primeras vueltas del día, hasta mediodía, cuándo está prevista la procesión con la imagen de la virgen por las calles principales del municipio, que regresarán al templo para sonar los cencerros y dar paso a las danzantas. Por la tarde, ya se hará el lavatorio de San Blas, momento en el que los diablos cambian parte de su atuendo, el tocado por la mitra episcopal del patrón.
Las fiestas continúan el domingo 3 de febrero, en el día más importante, San Blas, que suele atraer a un mayor número de visitantes de la comarca y la región para disfrutar de esta celebración inigualable. Como el día de la candelaria, los diablos madrugan para juntarse en la casa del diablo mayor para recorrer las vías del pueblo, hasta las 12 que tendrá lugar la procesión con la imagen de San Blas y posterior misa en el interior de la Iglesia Parroquial, momento en el que diablos y danzantas acompañan al patrón desde el principio al fin del trayecto junto a autoridades locales, eclesiásticas y almonaceños. Ya a las 8 de la tarde entre lágrimas y sollozos los diablos se despedirán de las fiestas haciendo sonar los cencerros con gran intensidad y al grito de vivas a San Blas.
El último día de la Endiablada está dedicado a San Blasillo, son las danzantas las que protagonizan este día pidiendo por las puertas de las casas de su pueblo al ritmo de la dulzaina y tambor mientras que hacen sonar las castañuelas, paloteos y rodean la cinta. Por la noche, ya sin la vestimenta de diablos, todos los vecinos quedarán para cenar y despedir las fiestas con los platos típicos de la localidad.
Desde el ayuntamiento de Almonacid del Marquesado agradecen el sentimiento y pasión que ponen los almonaceños y almonaceñas por continuar con una de las tradiciones más antiguas del mundo según cuentan las leyendas y que año tras año logra convertirse en un escaparate turístico en toda la comarca.
