Dumitru Daniel Mateescu se enfrenta a 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento en el ámbito de violencia de género, además de otros agravantes, según solicita la fiscalía y acusación para el hombre que mató a su expareja, Liliana Mateescu el 21 de enero de 2020 el la cocina de su domicilio familiar de La Puebla de Almoradiel ante su hija de 11 años. Sin embargo la defensa del asesino solicita 7 años y 7 meses de cárcel por un delito de homicidio con las atenuantes de arrebato y confesión.
Un jurado popular será el encargado de juzgar los hechos que ocurrieron en esta casa de dos plantas de la calle Viriato 12 entre las 22 y 24 horas de la noche del 21 de enero del 2020 cuándo Dumitru asestó varias puñaladas a Liliana con un cuchillo de cocina en presencia de su hija y con su otro hijo y abuela paterna en otras estancias del domicilio. La mujer murió inmediatamente porque una de las puñaladas alcanzó el corazón.
Dumitru había sido condenado en abril de 2019 a nueve meses de prisión por un delito de amenazas en el ámbito de violencia de género, pero regresó tiempo después al domicilio familiar para convivir con Liliana y los dos hijos en común y la madre de él.
Según la defensa el inmueble figuraba al nombre de la asesinada pero trabajaba fuera de la localidad de residencia habitual y regresaba para ver a sus hijos. La convivencia no era buena, porque ella aprovechaba cualquier cosa para discutir con su exmarido, insultarle y menospreciarle, según apunta la defensa, además aportan que después no hubo ninguna denuncia por malos tratos u otros motivos. La noche del suceso, iniciaron una discusión porque Liliana pidió a Dumitru que se fuera de casa al día siguiente y le entregara las llaves del domicilio. La versión de la defensa describe que para no tener problemas, porque veía que cada vez estaba más ofuscado, se dio la vuelta y, cuando salía de la cocina, Liliana le gritó que se marchaba, que iba a llamar a la Guardia Civil y les iba a decir que la había agredido para que lo detuvieran. Fue entonces cuando Dumitru superado por la situación según su abogada y en un arrebato cogió un cuchillo de la encimera y se lo clavó a Liliana sin pensar, mientras ella se defendía intentando quitárselo.
Por su parte la acusación y la Fiscalía distan de esa versión y exponen que Dumitru cogió un cuchillo de la cocina y se lo clavó cuándo ella le dio la espalda, ella se cubrió y él le asestó más puñaladas en distintas partes del cuerpo: tórax, manos, pierna izquierda, antebrazo, sin que ella tuviera posibilidad de defenderse.
La escena ocurrió con la presencia de la hija que será testigo de lo ocurrido en la segunda sesión del juicio, el hermano estaba en la planta de arriba y la abuela en otra estancia de la casa. La niña asustada salió a la calle en busca de ayuda y Dumitru llamó al servicio de emergencias 112 diciendo que había matado a su mujer, que la había apuñalado en el corazón. La acusación además añade que desde el 112 le ofrecieron ayuda y que él constestó que se muriera. El acusado también llamó a una vecina y dijo que había matado a su exmujer porque se iba con moros y negros y que se lo restregaba en la cara, así que se había encargado de que estuviera bien muerta, tal y como relata la acusación.
La abogada de Dumitru sin embargo relata que llamó al 112 para contar que había matado a Liliana para entregarse y para que fuera atendida. En ningún momento apuntan que el acusado se negara a que prestarán ayuda a su exmujer ni prolongó a su agonía, además espero a ser detenido en el lugar de los hechos.
Dumitru se encuentra en prisión provisional desde entonces y hasta la celebración de las cuatro sesiones en la Audiencia de Toledo a la espera de una sentencia.
Los hijos menores de edad se encuentran bajo tutela de una tía, hermana del procesado que vive en Tarancón.
