La Asociación Hispano-Rumana “Gente” de Quintanar organizó un Taller de Martisor

El fin de semana, la Asociación Hispano-Rumana Gente organizaba un Taller Martisor para dar a conocer esta tradición rumana con la que suelen celebrar la llegada de la primavera.

El Centro Cultural “El Recreo” de Quintanar de la Orden acogía la tarde del pasado sábado un Taller de Martisor organizado por la Asociación Hispano-Rumana Gente y que tenía como objetivo dar la bienvenida a la primavera, según la tradición rumana.

El taller estuvo a cargo de Paula Daniela Furtuna y Tunde Olvedi y contó con la presencia de la concejala de Cultura, Verónica Sánchez Sanchís y el presidente de la asociación Gente, Sorin Balascau.

Esta actividad es una de las muchas que organiza la Asociación Gente de intercambio cultural para acercar los dos pueblos, el español yel rumano, para mostrar y enseñar las tradiciones y crear nuevas amistades.

Los niños después de escuchar el significado de Martisor, un amuleto de la suerte, conocieron la leyenda del Martisor, prepararon una carta para la primavera, colorearon dibujos y confeccionaron el hilo del Martisor,  así como un Martisor propiamente dicho.

La tradición del Martisor

Los rumanos tienen una tradición que realizan el primer día de marzo llamada Mărțișor (diminutivo de la palabra martie , marzo en español) que significa la llegada de la primavera, la frescura, la alegría y la victoria del bien sobre el mal. 

Hoy en día , el amuleto “Martisor” está presente en todas las zonas de Rumanía. El hecho de intercambiar los amuletos es un símbolo de amor, amistad y respeto.

En esta ocasión las mujeres reciben pequeños regalos, objetos decorativos (los "mărţişoare") que siempre tiene que ser acompañado de cordones de color rojo y blanco, como símbolos que traen fortuna y bienestar. El rojo (color de primavera) simboliza el amor. El blanco (color de invierno) simboliza la pureza de las campanillas de invierno, las primeras flores que aparece en primavera, que pueden crecer aun cuando queda algo de nieve en el suelo.

El amuleto del Martisor, especialmente lo llevaban las mujeres y los niños y niñas alrededor del cuello. Consistía en dos cordones de lana, uno rojo y otro blanco trenzados juntos y con una pequeña moneda de plata colgando. Existía la creencia de que aquellos que llevaban el amuleto serían protegidos contra todo mal y tendrían buena suerte para el año siguiente. Hay documentos escritos que demuestran que las jóvenes  llevaban el amuleto desde el primero de marzo hasta el día doce del mismo mes. Al cabo de las dos semanas, solían atarse el pelo con esos cordones blancos y rojos al esperar los signos que anunciaban la llegada de la primavera, como las aves que llegaban a los pueblos. En ese momento las muchachas retiraban el amuleto y lo colgaban del primer árbol que vieran florecido.

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