Isabel Morón descubre, en una charla-coloquio, todas las virtudes de Paula Cruz como persona y como amiga

Paula Cruz como profesional, pero sobre todo Paula Cruz como persona, ha sido el tema que ha centrado la charla-coloquio que ha tenido lugar en La Ermitilla y que ha ofrecido Isabel Morón, amiga de Paula que ha expresado todo lo que la restauradora le ha aportado en su vida y la gran amistad que ambas forjaron.

En la mañana de este sábado, en la Sala La Ermitilla de Quintanar de la Orden, tenía lugar una nueva actividad entorno a la exposición de Paula Cruz “De restauradora de papel a liberadora de corazones”. Se trataba de una charla coloquio que, bajo el título “Conservación y restauración de nuestras instituciones”, era impartida por Isabel Morón Merchante, directora de la Biblioteca del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y muy ligada a Paula desde hace 24 años.

El acto era presentado por Julián Díaz-Ufano que daba las gracias tanto a las personas asistentes a la charla como a la ponente por su amistad y por estar siempre al lado tanto en los buenos como en los malos momentos.

Isabel Morón comenzaba también con palabras de agradecimiento y teniendo muy presente a Paula ala que e imaginaba sentada en una silla que puso en la sala y que fue restaurada por ella misma.

Comenzaba su charla recordando cómo conoció a Paula gracias al trabajo de ambas, hablando de la labor  que llevó a cabo Paula en la Biblioteca que ella dirige. Explicaba que Paula  dejó una base de datos de más 8.000 títulos calificados por orden de intervención; de ellos, también salió una importante acción como fue establecer una cubierta, adecuada para ello. Otra tarea que Paula llevó a cabo fue realizar un falso facsímil de gran formato y otras muchas restauraciones. Sin duda alguna, Isabel alababa el trabajo que Paula realizó y admiró, en ese sentido, la labor de los restauradores.

Sin embargo, tan solo dedicó una pequeña parte de su charla a hablar de la faceta más profesional de Paula, pues enseguida se centró en su faceta más personal y la que más le unió a ella.

Isabel quiso, en todo momento, expresar lo que significó para ella tener a Paula como amiga. “Una vez que conoces a Paula es un imán y durante todos estos años nos hemos acompañado de una manera especial”. “Como Bibliotecaria del Museo Nacional de Ciencias Naturales y como profesional hago lo que puedo y como persona presumo mucho de que todo mi valor reside en el amor que me han dado los otros y Paula ha sido una de esas personas que me ha dado amor porque desde el principio nos enganchamos”.

Recordaba Isabel, que Paular desde el principio le invitó a formar parte de su vida, le abrió las puertas de su casa, de su pueblo y de su familia.  “Que más se puede pedir que alguien te quiera sin pedir nada a cambio”.  Morón definía a Paula también como el título de su libro porque “Paula era amor, luz y cáncer”.

Isabel destacaba también la fortaleza de Paula que miró a la enfermedad cara a cara, de frente y ha dejado un claro testimonio de ello.

Del mismo modo, también valoraba el papel de Julián Díaz-Ufano siempre apoyando a Paula. “Paula se ha guardado muchas cosas, se nos ha presentado como era, en su debilidad y en su fortaleza, pero también se ha guardado cosas quizá para no hacer sufrir a su entorno. Y por ello, continuaba Isabel,  no podemos estar más agradecidos porque Paula supo esperar, crecer y callar y era una fuerza de la Naturaleza”. “Paula, insistía, era todo bondad en sus palabras y en su silencio, era amor, luz infinita, daba paz y tranquilidad porque era una persona sensata y por todo ello ha dejado una gran huella”.

Isabel recordó momentos duros que vivieron cuando Paula afrontaba la enfermedad, pero también momentos entrañables y emocionantes que nunca olvidará.

Sin duda alguna, Isabel dejó constancia de la admiración que sentía hacia Paula y cómo le enseñó algo muy importante que es mirar con mucha esperanza.

Isabel concluía con una frase “Gracias Paula por tantas horas buenas”.

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