La noche del Viernes Santo tenía lugar la procesión más solemne de Quintanar en la que la figura de Jesucristo ya muerto en la Cruz y en el Santo Sepulcro acaparan todo el protagonismo sin olvidar la imagen del dolor representado en su madre María y en diferentes pasos procesionales. Todo ello, acompañado de un profundo respeto tanto por parte de los cofrades como del público que durante todo el recorrido acompañó la procesión, llenando las calles del municipio.
La procesión partía del Templo Parroquial con el paso de las Siete Palabras que representa la crucifixión de Jesús en el Monte Calvario junto con los dos ladrones y María a sus pies. Le seguían la Santa Mujer Verónica mostrando el rostro de Jesús en el paño con el que enjugó su cara; y la Lanzada tras la cual hacía su aparicion la imagen del patrón quintanareño el Cristo de Gracia.
Tras el patrón, el paso del Santo Descendimiento, el más grande de todos los que conforman la Semana Santa quintanareña con siete figuras sobre la carroza que portaban en andas los cofrades y que representa el momento en que Jesús es bajado de la Cruz a los brazos de su madre; momento éste que se veía después reflejado en la Virgen de las Angustias aunque le precedían en la procesión las Tres Marías y Santa Marta.
Cerrando la procesión, el Santo Sepulcro, una talla que imponía a su paso un profundo silencio y respeto entre la ciudadanía y que va custodiado por la Guardia Civil. Tras él la imagen de San Juan y la Virgen de la Soledad mostrando el dolor de una madre por su hijo ya muerto camino del Sepulcro.
Los sacerdotes y autoridades cerraban la procesión junto con la Banda de Música dirigida por Sebastián Heras.
