La vida y obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos y Calleja, protagoniza el nuevo volumen de Cuadernos Quintanareños

La obra pertenece a la colección de Cuadernos Quintanareños, una iniciativa que tienen como principal objetivo publicar y divulgar estudios e investigaciones de calidad relacionados con distintos temas referidos a la historia de la localidad a publicación que recoge la historia de la localidad.

El Salón de Plenos del Ayuntamiento acogía la tarde del sábado, 7 de mayo, la presentación del octavo volumen de Cuadernos Quintanareños, contando con la presencia del alcalde, Juan Carlos Navalón; el concejal de Cultura, José Ángel Escudero; la Cronista Oficial de La Villa, Isabel Villaseñor; el concejal de Unidas Podemos, Marco Antonio Moreno; así como el autor del libro Alejandro Prensa; y el Historiador de Arquitectura, Pedro  Navascués.

En esta ocasión, la publicación recoge la vida y obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos y Calleja del que además se conmemora  este año en Quintanar el 120 aniversario de su fallecimiento y por tal efeméride desde la Concejalía de Cultura se ha organizado una ampliación programación de actividades que fueron presentadas hace unos días.

Abría el acto el concejal de Cultura, José Ángel Escudero, encargado de presentar a la mesa y dar la bienvenida a los presentes. Escudero, se congratulaba de poder celebrar este acto “y poder poner negro sobre blanco la vida de nuestro arquitecto más ilustre y poder así rendirle homenaje”.  El edil recordaba que la venta de libro comenzará el próximo lunes y por tal motivo su autor estará ese día firmando ejemplares en el Ayuntamiento.

El Historiador de Arquitectura, Pedro Navascués  agradecía haber sido invitado al acto en el que se recordará al ilustre arquitecto quintanareño Agustín Ortiz de Villajos del Siglo XIX. Navascués apuntaba que el Siglo XIX fue un siglo de progreso en todos los frentes pero, sin embargo,  a la arquitectura se le ha negado el pan y la sal sin saber el por qué. Navascues indicaba que precisamente la presentación de este libro, sirve para dar relevancia a la arquitectura a través de la figura de Agustín Ortiz de Villajos.

Recordaba el doctor como desde joven por uno u otro motivo había estado vinculado al apellido Ortiz de Villajos. En ese sentido, explicaba que fue cuando hizo su tesis doctoral sobre la arquitectura y arquitectos madrileños del siglo XIX y uno de esos arquitectos, sin ser madrileño, fue uno de los que más trabajó en Madrid, que fue Agustín Ortiz de Villajos, publicando la tesis en vísperas de la destrucción de uno de sus edificios más emblemáticos como era la Iglesia del Buen Suceso. Posteriormente animó a un alumno a realizar la tesis sobre el arquitecto quintanareño aunque después de los avances el estudiante desapareció.

Para sorpresa de Pedro,  y muchos años después, sería Alejandro Prensa quien se pondría en contacto con él para precisamente entregarle ese estudio sobre Agustín Ortiz de Villajos y que ahora se ve reflejado en este volumen de Cuadernos Quintanareños. “Estoy muy contento de que una persona que no pertenece al gremio de la arquitectura haya desarrollado todas las técnicas, habilidades e intuiciones para rescatar del olvido a este gran arquitecto con un trabajo extraordinario”.

Navascues señalaba que la arquitectura de Ortiz de Villajos no ha tenido suerte y que es tiempo ya de reconocer el trabajo que desarrolló este gran artista.

Una investigación sólida y de gran interés

Por su parte, la Cronista Oficial de La Villa, Isabel Villaseñor, dijo sentir de nuevo una gran satisfacción como siempre que se presenta una Cuaderno Quintanareño, aunque este quizá con un carácter más especial por tratar de una persona que ha significado mucho para Quintanar. “Con estas publicaciones lo que se pretende es preservar la historia de nuestro pueblo y este volumen es un ejemplo de lo que yo quería que fuera esta colección”.  Villaseñor expuso algunas de las razones por las que consideró esencia que este estudio formara parte de Cuadernos Quintanareños. 

Se trata de un minucioso estudio resultado de una investigación sólida, por el interés de la temática pues aporta novedades con respecto a lo que ya se conocía, por la profusión de fuentes y el uso fehaciente que hace de todos los documentos que ha manejado. Asimismo, la cronista destacaba el rigor pues documenta todo lo que dice, la utilización de un estilo muy ameno acompañado de ilustraciones muy interesantes, su estructura, así como el interés histórico e institucional.

Sobre la figura de Agustín Ortiz de Villajos, la cronista dijo que “fue un quintanareño que nunca renegó de sus raíces y, a pesar de su fama nacional e internacional, siempre estaba pendiente de su pueblo, cuidando su ermita, su casino, el Monumento eucarístico”.

Isabel Villaseñor se encargó de dar unas pinceladas sobre el autor Alejandro Prensa, un químico que se lanza a estudiar a este arquitecto. Lo definía  como una persona tenaz, apasionado de su pueblo, científico humanista.

Isabel Villaseñor concluía felicitando al autor del libro y animó a todos a disfrutar de la lectura de esta interesante obra.

Agustín Ortiz de Villajos, el gran olvidado

Alejandro Prensa, autor del libro,  comenzaba su intervención haciendo un llamamiento a la ciudadanía e instituciones para mantener viva la memoria de personas o personajes que hayan sido capaces de aportar un valor añadido a su municipio y sus gentes. “Deberíamos ser un poco más cuidadosos e intentar que estos largos plazos para conmemorar efemérides se acortaran”.

Alejandro Prensa destacaba lo que ha significado para él obtener toda la información y todos los datos para desarrollar el trabajo. En ese sentido, afirmaba que en un principio quedaba asombrado con la capacidad de trabajo y los juicios que sobre Agustín se vertían, que le hacían pensar que fue un magnífico arquitecto, profesional y artista; pero a medida que fue obteniendo datos esa figura profesional iba decayendo en función de la figura humana- “Tengo que confesar que conocer el factor humano de Agustín y gracias a familiares descendientes, a su impulso, paciencia y suministro de información he sido capaz de llegar hasta el final con este trabajo”.

Alejandro Prensa, también hacía referencia al olvido que la mayoría de las veces sufren las instituciones de aquellas personas que han dejado algo y; sin embargo, es algo que se debe cuidar para que las generaciones futuras puedan conocer nuestra Historia y nuestro pasado. 

“En el mundo de la cultura necesitamos un referente como en este caso, Don Agustín Ortiz de Villajos y Calleja”.

Prensa habló del origen de libro,  que comenzó con un cúmulo de anotaciones y anécdotas que comenzaron con un paseo de joven por la Iglesia del Buen Suceso, obra de Agustín Ortiz de Villajos y a la que un joven arquitecto calificaba como una de las más feas de Madrid. Muchos años después, en uno de sus viajes a Quintanar escuchó a su amigo Julián López-Brea hablar de Agustín Ortiz de Villajos y siguió los escritos de la Revista La Encina. En el año 2012, Prensa se jubila y decide dedicar su tiempo a investigar la figura de Ortiz de Villajos y las incongruencias  que él veía en los pensamientos del joven arquitecto sobre una de las obras más importantes del Agustín de Villajos.

“Este hombre que estaba detrás del profesional fue un excelso ser humano, una persona que desde que tuvo uso de razón solo pensó en todos menos en él y eso, evidentemente, es algo que a mí me ha llevado a hacer lo indecible para que este libro saliera”, aseveraba Prensa.

Concluía Alejandro solicitando a Quintanar que nombre a Agustín Ortiz de Villajos hijo predilecto de la localidad.

Cerraba el acto al alcalde, Juan Carlos Navalón, que agradecía la asistencia del público al acto, entre los que se encontraban familiares del protagonista de la obra.

Destacaba el trabajo y el sacrificio de Alejandro Prensa por su empeño por conseguir su objetivo que este libro viera la luz y le animó a continuar en su labor investigadora.

Del mismo modo alabó el trabajo de edición de la Imprenta Moderna y agradecía a la Concejalía de Cultura y la Cronista Oficial de La Villa su apuesta por la publicación de Cuadernos Quintanareños.

Terminó con una reflexión suscribiendo las palabras de Alejandro Prensa acerca de la desidia que las instituciones hacen y la necesidad de mantener y conservar nuestra Historia. Además, y tras la petición con la que terminaba Alejandro Prensa, el primer edil anunciaba que en el próximo pleno,  de propondrá el nombramiento de Agustín Ortiz de Villajos como hijo predilecto de Quintanar.

El acto terminó con la entrega de unos obsequios, una romanas, realizadas por el artesano romanero quintanareño, Diego Ortiz, a los familiares de Agustín Ortiz de Villajos y al doctor Pedro Navascués, así como una ejemplar del libro publicado.

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