Opinión

La falta de orgullo en el Real Madrid no se perdona

Todos sabemos que debe resultar muy complicado jugar sin objetivos, pero en un equipo como el Madrid y en cualquier otro que se precie, no se perdona una actitud vergonzosa y mucho menos, falta de orgullo.

Pues eso fue,precisamente, orgullo y vergüenza,   lo que le faltó al Real Madrid durante el primer tiempo en su enfrentamiento contra el Eibar en el Bernabéu, que registró una de las entradas más pobres de la temperada. Por esta circunstancia la afición estalló en pitos después de un primer tiempo desastroso ante el Eibar que sin hacer nada del otro mundo,  dominó a los madridistas  en todas las facetas. De ahí que se fuese al descanso con ventaja en el marcador (0-1), gol de Cardona en el minuto 38.

El público, con razón, reaccionó alborotado y con repulsa hacia un equipo que sabemos está pasando una auténtica travesía en el desierto, pero que tiene y debe terminar la temporada con la dignidad que le exige la historia de un equipo que ha sido un ejemplo de orgullo y de vergüenza. Algo de lo que carecen mucho de sus actuales jugadores.

Zidane, todo calma y tranquilidad, en el descanso les leyó la cartilla por la poca actitud que estaban mostrando la mayoría de sus jugadores que rayaba en la apatía total. Clamó para que sacasen a relucir su orgullo y dignidad como jugadores de fútbol.

Después del infame primer tiempo donde el Eibar se fue al descanso con ventaja, la bronca de Zidane surtió efecto de forma inmediata, pero apuntó en su cuaderno malas notas para algunos jugadores en su particular casting. El caso es que en el segundo periodo, el Madrid fue más voluntarioso y enérgico y llegó la reacción que tuvo un nombre propio, Karin Benzema.

¿Quien lo iba a decir?  Benzema a quien muchas veces hemos acusado de indolente, es el que está sacando las castañas del fuego de su equipo en este  Víacrucis  particular que está viviendo el Real Madrid. Un doblete del francés permitió a los de Zidane remontar el partido que terminó ganando por 2-1.

Benzema   fue la luz de su equipo frente a muchas sombras de sus compañeros. Es el goleador en los últimos encuentros, y quien de alguna forma está sosteniendo a un conjunto que va más a la deriva que a otra cosa. Al delantero francés, que marcó los dos tantos de cabeza, como mandan los cánones de un delantero centro, como primer espada de Zidane,  le correspondió rebelarse ante el triste panorama que amenazaba  en auténtica tormenta. El dio la vuelta al marcador,pudo hasta golear porque tiró un balón al palo y hasta falló otro a puerta vacía.

Karim Benzema, junto al buen segundo tiempo de Asensio, fueron los únicos  notables por parte de los blancos. Los demás estuvieron en el lado oscuro,como Bale que fue muy pitado casi desde el inicio del partido. El galés parece perdido para la causa. Isco, que jugó de titular, tampoco sobresalió, es como si estuviese haciendo la pretemporada. No extrañó la ausencia en el once titular de Kroos, porque llevaba unos partidos para echarle a los leones. Jugó de titular Valverde, que cumplió, sin más.

El que está fuera de órbita, no sé si porque se quiere marchar o qué, es Varane  el más ineficaz de toda la defensa blanca que dicho de paso, está a un bajo nivel, como todo el  equipo.

El caso es que el Madrid salvó los muebles gracias a Benzema, que se ha erigido en el baluarte de este depreciado equipo blanco que aunque ya no tenga objetivos a la vista, tiene el deber y la obligación de dejar  la imagen del club en el lugar que le corresponde. El orgullo está por encima de todo.

Aunque,tristemente,  lo mejor que se puede decir de este Real Madrid  es que ya queda un partido menos.

    

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