Opinión

Bellingham el rey de la liga

Nadie presuponía  un partido tan plácido del Real Madrid ante el siempre rocoso Osasuna, al que ha derrotado y casi abrumado por 4-0. Y como  viene siendo habitual, lo volvió hacer otra vez, Bellingham fue clave y determinante para la suerte del choque. Con el británico , el Madrid tienen un tesoro

El inglés, comenzó rompiendo el partido a los ocho minutos del primer periodo; y después casi en el mismo minuto pero en el segundo tiempo, volvió a marcar el 2-0 que dejaría el partido prácticamente visto para sentencia. El Bernabéu volvió a ponerse a sus pies tras otra exhibición de su nueva estrella  que está sorprendiendo propios y extraños.  Bellingham,  es el jugador total. Ahora mismo, y de largo es el mejor jugador de Europa. Lleva anotados ocho goles en liga y dos en Champions.

Por otra parte, muy buen partido del Real Madrid que después del fisco del Metropolitano ha vuelto a reencontrarse con su mejor fútbol además de ser un equipo mucho más sólido. Y si encima, cuenta con un jugador como Bellingham,siempre omnipresente, todo es mucho más fácil. El astro inglés fue quien desatascó el duelo en el minuto 8, ante un Osasuna desconocido por su blandura, cuando siempre en el Bernabéu fue un duro hueso de roer.

Al Madrid le Salió un partido redondo. Le funcionó todo el engranaje. Tchouaméni como central, que lo hizo bien; Modric que fue quien tuvo la batuta y dejó detalles de su magia; Joselu que volvió a marcar ; y hasta  Vinicius que vuelve a reencontrarse con su juego chispeante y de desborde. Empieza a ser lo que fue la pasada temporada.

En esta ocasión El Madrid no se  dejó sorprender en el inicio del encuentro, como ha sucedido en ocasiones anteriores que empezaba con un gol en contra. A los ocho minutos, Jude Bellingham, se aprovechó de una buena combinación entre Modric y Carvajal para resolver con ese temple y calidad que tiene. Era el 1-0. Brazos en cruz y se escucha la banda sonora del Bernabéu: “Hey Jude”.

A ese primer gol, le siguió un buen dominio madridista pero que no se transformaba en ocasiones de gol. Apenas tiraron a puerta. Camavinga, cosas de la juventud, perdía balones absurdos en el centro del campo donde le tocó jugar en esta ocasión. En una de esa pérdidas, esta vez de Carvajal, llegó una buena ocasión de Osasuna, que había crecido con la buena participación de Moncayola y Torró. Budimir, solo en el punto de penalti, lanzó el balón por encima del larguero. Así terminaba el primer tiempo.

Fuera por el susto, pero el caso es que el Madrid que Salió en el segundo periodo fue totalmente distinto a los primeros 45 minutos, con un juego más directo, más rápido e intenso. Joselu pudo ampliar la cuenta, pero fue Bellingham quien puso las cosas en su sitio. Casi en el mismo minuto del primer periodo,esta vez fue en el 9, cogió el balón al borde del área, pared con Valverde y definición perfecta, metiendo el balón entre las piernas de Herrera. El inglés, parece parar el tiempo. Mismo protocolo: brazos en cruz y el “Jude,Jude,Jude”

Con este segundo gol, Osasuna  definitivamente quedó roto. Olvidó sus rutinas, desatendiendo la presión y las labores defensivas.  Solo pudimos anotar  una ocasión de los de Pamplona en un disparo, con mucha intención, de Peña al que respondió Kepa con una buena intervención, la única que tuvo que hacer durante todo el partido.

Madrid era un rodillo atacando por tierra, mar y aire. En el minuto 64, Camavinga roba un balón en el centro del campo, se lo cede a Valverde que da un pase en profundidad a Vinicius quien en carrera, definió regateando al portero por la izquierda para después  anotar a puerta vacía. Jugada muy plástica que Vinicius hizo que pareciese sencilla, 3-0.

El Real estaba desatado ante el flojo Osasuna que no sabía por dónde le llegaban los balones. Asomaba el cuarto gol, y llegó en el minuto 69. Tchouaméni dio un pase largo a Vinicius, este durmió la pelota, esperó la llegada de Joselu que marcó el 4-0. Pudo ampliar la cuenta el delantero  al fallar un penalti, por manos de David García, o mejor dicho se lo paró el siempre eficaz en las penas máxima, Herrera. Lo celebró como si fuese ganando, soliviantando  a la grada. Después pidió disculpas y todo se olvidó.

Sentenciado el encuentro, llegaron los cambios en uno y otro bando. Modric, que cuajó un señor partido, siendo el maestro de ceremonias, fue despedido con una estruendosa ovación. Se le quiere a rabiar en el Bernabéu.

Al Real Madrid también se le despidió con una gran ovación después del buen partido que realizó,sobre todo en el segundo tiempo. De esta forma se va al parón  liguero como líder y recuperando sus mejores sensaciones y su mejor versión.

Tras este paréntesis, llegará una buena cuesta arriba con las visitas al Sánchez Pizjuán y al Barcelona. Pero eso, será otra historia.

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