¡¡Señoras y señores!!, el Real Madrid jugará la final de la Champions contra el Atlético de Madrid el próximo 28 de mayo (sábado), en Milán. ¿Quién lo iba a decir? Después de que el Madrid de Benitez era un pozo sin fondo en cuanto a juego, desasosiego e intrigas. Pues ese equipo, por el que nadie daba un duro está a un paso de poder ser de nuevo campeón de Europa y de luchar por la liga, con permiso del propio Atlético y por supuesto del Barcelona.
“El trabajo y la unión del equipo ha hecho que estemos en la final. Hace cinco meses vivimos momentos duros. Supimos juntarnos y luchar”, dijo a pie de campo Sergio Ramos, capitán y jefe ayer de la defensa blanca. Quería el central recordar de dónde viene este equipo que avanza en mayo vivo en la Liga y con viaje garantizado para la final de la Champions.
El Real Madrid de Zidane, ha sabido levantarse y en gran parte es mérito de Zizou, que les ha transmitido calma, paz y tranquilidad a los jugadores que con él volvieron recobrar la confianza. Está manejando con inteligencia el vestuario y ha hacho algunos cambios estructurales que han beneficiado al equipo en los distintos aspectos del juego, sobre todo en la parcela defensiva con la aportación de Casemiro que le ha dado el equilibrio que no tenía antes. A Pepe, lo ha recuperado para la causa y ha sabido dar protagonismo a la cantera con la emergente figura de Lucas Vázquez. Todos respetan y hasta admiran a Zidane que ha devuelto la paz y la sensatez a un club que estaba presidido por la zozobra... Confieso, que me equivoqué con Zidane. Dije que lo veía verde, y no me duelen prendas en reconocer que metí la pata. Lo siento. Rectifico y pido disculpas...
El caso es que Madrid como ciudad, se ha erigido en la capital del fútbol mundial. Dos años después los dos equipos capitalinos volverán a estar en una final. Un hecho inédito. Si ya lo fue en Lisboa, con el primer enfrentamiento europeo de dos equipos de la misma ciudad. Ahora, por partida doble, vuelve a repetirse constituyendo todo un récord que difícilmente se volverá a repetir. Nosotros, seguramente no lo volvamos a ver.
Si el martes, era el Atlético que haciendo honor a su histórico sufrimiento, pasó las de Caín para clasificarse ante un eléctrico Bayern Munich. Un día después era el Real Madrid, quien con menos sufrimiento pero sí con cierta dosis de suspense por no rematar la eliminatoria con otro gol, se clasificó para la final de la Champions. De esta forma alcanza su 14ª final de Copa de Europa: ganó diez, hasta ahora.
El partido, la verdad, como casi toda la eliminatoria, no fue gran cosa. Fue más bien soso, lento. Prácticamente, se jugó al trote. El que hizo más para ganar, el Madrid, fue el que se llevó el premio de jugar la final. Los blancos hicieron lo suficiente y lo justo para imponerse a un City sin chispa, sin mordiente y sin nada. Este Manchester, es un equipo muy triste. Deambuló por el Bernabéu como alma en pena.
Jamás vi a un equipo inglés tan insulso y apocado como el Manchester City. El equipo de Pellegrini volvió a decepcionar con su ritmo cansino y su poca sangre. Jugaron andando, como botón de muestra valga la presencia de Yayá Touré, un jugador que parecía que estaba jugando un partido de veteranos. Lento a más no poder. Esa lentitud contagió a todo su equipo y de forma indirecta al Real Madrid que pasó de comenzar con mucho brío y claridad hasta conseguir el 1-0; luego tuvo una fase de juego muy irregular para terminar reculando en la recta final del encuentro. Circunstancia que llevó la incertidumbre al Bernabéu, pero más por la angustia de que un gol lo dejaba en la cuneta que por los apretones de su rival, que apenas inquietaron a Keylor Navas. Solo dos fueron los disparos a puerta que llevaron la inquietud a las gradas: uno de Fernando en el primer periodo que rozó el palo derecho; y el gran disparo del Kun Agüero cuando el partido ya languidecía que puso el corazón en un puño a los aficionados blancos. Eso, fue lo único que hizo el Kun, quien ha hecho una eliminatoria deprimente.
En el Real Madrid, ante la ausencia de Benzema y Cristiano a medio gas (no estaba al 100 por 100 ni mucho menos), ha emergido el mejor Bale que si ya en el Etihad Stadium fue el mejor, en el Bernabéu, fue de lo más sobresalientes junto a Kroos, que también se marcó un buen partido. El galés, tirando por la banda derecha a pase de Carvajal fue quien ejecutó el 1-0 que vale una final.Tanto que el colegiado no le concedió. Al rozar levemente el balón en Fernando, la UEFA lo catalogó como en propia puerta. Es igual, no le quita la gran trascendencia que Bale ha tenido en esta eliminatoria de semifinales. Bale ha sido el motor que lleva al Real Madrid a la decimocuarta final de la copa de Europa.
La Undécima, como la Décima está detrás de un muro terrible llamado Atlético de Madrid, el equipo más rocoso de Europa al que nadie quiere enfrentarse por las dificultades que presenta y por esa fe inquebrantable que le hace ser casi imbatible.
El Real Madrid ha tenido un camino más fácil para llegar a la final de Milán que el Atlético. Los de Zidane han tenido que superar a Roma, Wolfsburgo y Manchester City; mientras que el Atlético se ha tenido que enfrentar a todos los huesos: Eindhoven,no tanto, Barcelona y finalmente, Bayern Munich.
En la vuelta de las semifinales que se disputó en el Santiago Bernabéu, lleno hasta la bandera, el Real Madrid no sentenció pero la realidad es que no sufrió mucho por lo poco que le exigió el City. No hubo opción a que el blandito Manchester de Pellegrini fastidiase otra final épica entre Atlético y Real Madrid. La segunda parte de un partido histórico.. Una ciudad unida por un mismo fin, la Copa de Europa o Champions. Milán espera.... Ahí vamos.