Opinión

El Atlético derrotó al campeón

En esta ocasión el Atlético de Madrid se llevó el gato al agua al vencer por 4-2, prórroga incluida, al Rea Madrid en partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey que se disputó en el Metropolitano y donde Griezmann, con un golazo desniveló el intenso derbi.

Por lo tanto, el Atlético se clasifica para los cuartos, después de luchar hasta la extenuación con su eterno rival capitalino, el Real Madrid, al que nada se le puede reprochar.

Esta vez resultó ganador el Atlético, una semana después de haber perdido en la Supercopa de Riad. Como sucediese aquella noche, también comenzó  por delante, también vio como el Madrid volvió a igualarle cada vez que se ponía  por delante en el marcador y hasta le superó en algunas fases. Pero, los del Cholo jugaban en casa, donde no pierde desde hace casi un año. Aguantó y le echó leña al fuego cuando el partido lo requería. Fue en una acción aislada donde Griezmann encontró el último aliento. A Vinicius, se le escapó un balón que se llevó el “Principito”. El brasileño le persiguió hasta el área sin lograr detenerlo. Y el francés, encontró un hueco para empezar a definir la eliminatoria. Marcó el 3-2 en el minuto100.

Fue un partido copero de verdad, lleno de intensidad y de rivalidad. A la par que entretenido y jugado con pasión por ambos bandos. Las buenas maneras exhibidas en la Supercopa dio paso a uno mucho más áspero y bronco. Cayó el espectáculo, el “fair play” y cayó el Madrid, en esta ocasión más cansado que su rival. Y que no fue ni mejor ni peor que el Atlético. Eso sí, más despistado en el área.

El Atlético entró al partido como si se jugase la vida. Tenía ganas de revancha y lo consiguió.  Fue un encuentro Cholista en toda la extensión de la palabra, por lo trabado que resultó y la tensión que hubo.

Los porteros no tuvieron su noche, especialmente Lunin. Vuelve el debate de la portería que tan mal está manejando Ancelotti. Los dos técnicos hicieron pocos cambios respecto al partido de la Supercopa. Simeone,solo hizo uno, Witsel por Savic y el italiano, dio entrada a Camavinga y Modric por Tchuaméni y Kroos, que después entrarían en el partido.

El Madrid comenzó el encuentro con las ideas más claras, tocaba con cierta facilidad, sobre todo Bellingham que muy pronto tuvo  una gran ocasión que el larguero repelió, tras driblar en el área a cuantos le salían al paso. Mientras que el ataque madridista funcionaba a pleno rendimiento en el Atlético, Morata y Griezmann no hacían acto de presencia. Rodrygo tuvo la segunda ocasión clara de marcar. Vinicius picó para dejar solo a su compatriota que remató, pero Oblak respondió con una gran parada y volvió a detener el posterior rechace de Vinicius.

Y lo  que son las cosas, el Madrid que  era el que tenía  las ocasiones y  creaba más peligro  no encontró lo que andaba buscando y en cambio,  la primera que tuvo el Atleti fue gol. Un centro corto de De Paul,  en el minuto 38, lo rechazó con la cabeza de forma involuntaria Rüdiger  y Lino llegó para rematar el 1-0 ante Lunin, que no cubrió bien su palo.

Ese gol, hizo aparecer la tensión y la agitación con empujones   entre los jugadores con Lino por los suelos, Bellingham tratando de levantarlo y en medio de esas trifulcas, como no, Vinicius en permanente conflicto. El brasileño hizo un mal partido. Más pendiente de protestar y de meterse en todos lo charcos que de  jugar. Estuvo en todos los roces, para bien o para mal. Una falta hecha al brasileño, con protesta incluida, terminó con el empate 1-1 en el minuto 45 en una cantada de Oblak.

En  la segunda parte los de Ancelotti salieron dispuestos a poner tierra por medio. Rodrygo y Bellingham sembraban el terror en el área rojiblanca que vio como Rodrygo estrellaba un balón al palo. Pero de nuevo, fue el Atlético quien se adelantó en el marcador. Corría el minuto 57 y en un fallo garrafal entre Rüdiger y Lunin, que no se entendieron en sus dudas, Morata que pasaba por ahí, se aprovechó y marcó el 2-1. Un gol de chiste.

El partido estaba de cara para la forma de jugar del Atleti. A partir de ese momento, en lugar de fútbol comenzó todo lo contrario. Tanganas, entradas duras,choques, empujones.

En este barro, con los recogepelotas  trabando aún más el partido con balones extra.  Era el terreno propició para los del Cholo. Morata, pudo matar el partido. Lunin, en esta ocasión, salvó los muebles blancos

En este ambiente, el Madrid empató (2-2) en el 81 tras una triangulación entre Vinicius y Bellingham que centró para que Joselu, igualara.  La prórroga estaba servida. La igualdad fue la nota predominante en el añadido con más posesión por parte madridista pero con contras envenenadas del Atlético. En una de ellas, tras la pérdida de un balón de Vinicius llegó  la maravilla de gol de Griezmann   que ya hemos relatado y que encarrilaba la eliminatoria para los colchoneros.

El Madrid a punto estuvo de empatar pero el gol de Ceballos fue anulado por estar Bellingham, por el pelo de una gamba, en fuera de juego. Los blancos se echaron todos hacia adelanta en busca de la igualada, y en una contra rapidísima, Riquelme  marcó el definitivo 4-2.

No fue un partido tan espectacular como el jugador en Arabia pero sí tuvo mucha emoción. Fue puro derbi. Estos partidos entre los dos grandes equipos de Madrid, han superado al  Clásico por  la enorme  igualdad en los enfrentamientos de los últimos años. Nada que reprochar a ambos equipos, lo dieron todo. Ganó el Atlético de Madrid, al más puro estilo del Cholo, por detalles. Venganza consumada.

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