Opinión

Sin gol de Bellingham el Madrid está seco

No marcó Bellingham y el encuentro entre el Real Madrid y el Rayo Vallecano terminó sin goles (0-0). Si no marca el inglés no lo hace nadie en el equipo blanco. Sin la inspiración del británico, el Madrid se quedó a cero contra un equipo como el Rayo que se defendió magníficamente ante el asedio madridista que buscó el gol de mil maneras. Hizo más de 22 disparos a puerta, para nada. El empate deja al Girona solo en cabeza.

El Madrid con esta falta de gol, tiene un serio problema. Vinicius y Rodrygo, que deberían auxiliar en esa labor a Bellingham,están secos los dos. Y hasta Joselu, que había ayudado en esa misión al inglés, tampoco en esta ocasión vio puerta. El Real, tiene que hacérselo mirar. Vinicius y Rodrygo tienen que espabilar.

Vinicius, aunque empieza a repuntar, de cara a puerta está muy desacertado y sobre todo juega muy acelerado, más pendiente de protestar  y hacer aspavientos que de jugar. A Rodrygo, parece que le han echado el mal de ojo. Así las cosas, si Bellingham no marca el Madrid está seco. Así se explica el empate sin goles frente a un Rayo muy peleón que se llevó un valioso punto del Santiago Bernabéu, que se asustó  cuando en el minuto diez parecía que Bellingham se retiraba con el hombro lesionado. Fue un susto y la afición blanca, respiró tranquila.

Si el Madrid, que estuvo un tanto obtuso, no ganó el partido fue por el guardameta Dimitrievski,  un auténtico muro. A él, le debe el Rayo el punto logrado. Autor de dos grandes paradas. La primera, la que le hizo en un mano a mano a Valverde al poco de coemnzar el partido. El Macedonio estuvo de diez en esa intervención, pero el uruguayo estuvo torpe en la ejecución. La segunda, fue para enmarcar, y se la hizo a Joselu realizando un auténtico vuelo a un buen remate del delantero blanco.

Bellingham, tras recuperarse del hombro junto a la afición que recuperó el aliento después del susto, estaba siendo el más clarividente de su equipo, abriendo vías de escape y apareciendo entre líneas . Y es que el inglés vale un Potosí. Vale tanto para la faena gruesa como para la finura. Está para lo que se le pida. Antes del descanso estuvo a punto de abrir el marcador, eso sí tras bailar en un  palmo de terreno, pero el disparo se le fue alto.

El equipo de Ancelotti mandaba,tenía la pelota, ponía el ritmo… pero estaba torpe en la salida del balón y en el último pase. Mientras que el Rayo tenía muy claro su papel, conseguir un punto. Y, lo consiguió,resguardándose en su guarida a sabiendas que con el Madrid no se trataba de ser valientes, sino de de ser conservadores y guardarse las espaldas. Se defendió con todo lo que pudo  y, además lo hizo con orden y bravura.

El Real Madrid, dominaba. Vinicius encontraba vías de escape por su banda  donde se las tenía tiesas con su marcador, el rumano Ratiu. Ni aún así, el Real encontraba el gol en un monólogo que no tenía final feliz. A Joselu se le fue por poco un cabezazo en plancha y Vinicius no alcanzó a rematar un centro que con el exterior le dio  Modric. El croata, poco después dejó el campo para que entrara Rodrygo, que cruzó demasiado un disparo en el primer balón que tocó.  Ancelotti también dio entrada a Kroos en lugar de Fran García, lo que llevó a Camavinga, muy bien como pivote, al lateral.

El técnico italiano, volvió a confiar en la vieja guardia. No confía en la savia nueva como Brahim, Arda Güler, por primera vez en el banquillo tras sus lesiones, ni en Nico Paz. No hubo agitación. El partido pedía un cambio de rumbo. Ay Ancelotti, Ancelotti!! que poco confías en la juventud y en la cantera

El tiempo se consumía y el Madrid ya con los nervios jugaba de forma acelerada. A Vinicius se le anuló un gol por fuera de juego de Joselu, que había intervenido previamente en la jugada.

  En el Rayo, Francisco, en última instancia, fue un poco más valiente dando entrada a Trejo,Bebé y Falcao. El Real, seguía asediando pero ya lo hacía a la desesperada ante la gran resistencia del Rayo. Al final, empate sin goles por lo que el Madrid pierde la cabeza en beneficio de un sorprendente Girona, líder en solitario.

 El Conjunto blanco después de ganar el clásico vuelve a tener al Barça pisándole los talones. Sin  los goles de Bellingham, no hay paraíso.

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