Opinión

Gracias al VAR

No ha sido el mejor partido del Real Madrid en lo que va de temporada. Ganó 1-0 al Espanyol y fue gracias al VAR, porque en primera instancia el colegiado Mateu Lahoz había anulado el gol de Asensio conseguido en el minuto 40, que como después se demostró era totalmente legal.

Si no hubiese sido por la nueva tecnología llevada al fútbol, el Madrid no hubiese ganado a un Espanyol que metió el miedo en el cuerpo a un Bernabéu que después de la exhibición frente a la Roma, esperaba más prestaciones de su equipo, que en esta ocasión no llegaron.

Nada que ver este Madrid con el que vimos en la Champions el pasado miércoles . Aquel enamoró por ese fútbol total practicado  con entusiasmo y alegría . En cambio frente al Espanyol, llegaron las dudas y hasta las sombras. Dominó casi todo el partido, si, pero sin fuste alguno, sin ninguna profundidad y sin mirar a portería. Se jugaba más al pie que a los espacios.

El equipo de Lopetegui en esta ocasión hizo un juego chato y muy plano. Ya desde la alineación  inicial, plagada de medio centros, nos pareció  una equivocación como después quedó demostrado. Debió ser por esta circunstancia por el que se abusó del pase que no iba a ninguna parte. El Madrid tenía el balón pero no creaba peligro alguno. El Espanyol con una defensa muy bien ordenada se acercaba con más peligro que su rival. El equipo de Rubí no puntuó en el Bernabéu por auténtica mala fortuna.

El gol de Asensio, en uno de los pocos contraataques que le permitió el Espanyol, alivió  a un triste Real Madrid en una noche un tanto oscura, que solventó tal vez por oficio y por la poca puntería de los pericos que tuvieron una ocasión clarísima por parte de Borja Iglesias, que mandó al larguero en una de esas concesiones que de vez en cuando hace Sergio Ramos. Eso sucedió ya en el segundo periodo donde los  madridistas comenzaron también dominando pero sin ninguna profundidad. La mejor ocasión la tuvo Sergio Ramos a la que Diego López respondió con una gran parada.

Ahí se acabaron las fuerzas del Real Madrid. Los últimos minutos, el Espanyol que introdujo hasta tres cambios ofensivos, busco el empate que no le llegó por falta de acierto.

Los cambios introducidos por Lopetegui, en esta ocasión  fueron más una   rémora que  un revulsivo. Mariano que reemplazó a un desacertado Benzema, apenas pudo intervenir porque coincidió con el  paso atrás que dio  el equipo blanco que por entonces,  jugó con dos pivotes con la entrada de Marcos Llorente por un fatigado Isco. Ni Mariano,Marcos Alonso ni Lucas Vázquez que sustituyó a Ceballos, hicieron olvidar a los sustituidos. Lopetegui no tuvo su día.

No acierto a comprender las razones por las que al final descartó entre los elegidos a Vinicius, cuando lo había metido entre los 20 convocados. Si era el día de las rotaciones, no puedo entender por qué  prescindió del fichaje más ilusionante  del Madrid en esta temporada, salvo que haya un plan previsto, pero ni por esas lo puedo comprender. Era un día propicio para la gran esperanza blanca..

Ante la montaña que se le avecina al Real Madrid con Sevilla y Atlético de Madrid en el horizonte, Lopetegui  dio descanso a   Marcelo, Kroos y Bale, que fueron sustituidos por Nacho, el multiusos, que jugó como lateral izquierdo; Ceballos  que acompañó en el centro del campo a Casemiro y Modric. Isco y Asensio  por las bandas, junto al frío Bernzema que empezó muy bien la temporada pero que se va diluyendo como el azucarillo en el agua.

Odriozola  fue la novedad que más brilló. Es un jugador del gusto del Bernabéu. Su electricidad y actividad gustaron. Fue de los pocos jugadores que se salvaron de la mediocridad que reinó en el equipo madridista.

 El Bernabéu  acabó de los nervios ante un Espanyol  que demostró muy buenas maneras y que peleó sin acierto, para conseguir al menos la igualada.  Atención a un jugador llamado Marc Roca, es canela fina.

El Real Madrid, bien fuera por las rotaciones o por  lo que fuera, el caso es que terminó angustiado y pidiendo la hora.  Si al comienzo del segundo periodo comenzó buscando con ahínco el segundo gol que no llegó por la falta de profundidad y de acierto,  en los últimos díez minutos terminó gestionando el gol de Asensio como un valioso tesoro a conservar, pero de  escaso valor  si se tiene en cuenta los últimos antecedentes.

El Real Madrid que vimos ante el Espanyol nada tuvo que ver con el que maravilló frente al Roma. Deben ser las rotaciones..

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