Opinión

Les han metido el miedo en el cuerpo

      Ni los 99.000 espectadores del Camp Nou, ni la nefasta actuación del colegiado canario Hernández Hernández, que parecía un hombre de la casa azulgranas con la anulación del hermoso gol de Bale; ni la superioridad numérica del Barcelona al jugar el Real Madrid  con diez buena parte del segundo periodo por expulsión de Sergio Ramos; ni  la falta de respeto que había en el ambiente por parte sobre todo de la prensa catalana que incluso hablaba de goleada del Barcelona que parece, según ellos,  que ha inventado el fútbol , ni con todos los elementos en contra; pudieron con este Real Madrid que ¡por fin! Dio  el do de pecho y se comportó de acuerdo a la grandeza de su historia.

    Ganó al Barcelona con todas las de la ley. En casa de su máximo rival,  el Madrid sacó a pasear su orgullo y le dio un  baño desde el minuto 55, a raíz del 1-0 de Piqué. A partir de ese momento, se acabó el equipo azulgrana, y reapareció  en todo su esplendor el Madrid de Zidane que fue superior en todos los aspectos: en lo táctico, en lo físico y en ambición. En una palabra, hizo un fútbol total ante el fútbol inocuo de un Barcelona que dio síntomas de agotamiento físico y que no pudo con el equipo de Zidane en inferioridad, por la expulsión de Ramos
  Benzema, que fue el más flojo de todos, llegó a tiempo de lograr el empate, un buen gol de chilena que acalló al Cam Nou. Luego Cristiano, silenció definitivamente el Coliseum azulgrana con su tanto en la recta final del partido. Antes del gol de la victoria del portugués,  a Gareth Bale, el más clarividente atacante blanco y que cuajó un buen partido, se le anuló un gol legal que todavía no me explico cómo pudo anular el colegiado a instancias de su ayudante de linea. Aquello olía ma. Menos  mal que el gol final de Cristiano,  calmó los ánimos del Madrid que estaba de uñas con el árbitro del encuentro,  casero hasta decir basta.

    De nuevo Sergio Ramos, como estaba cantado, fue expulsado en un partido contra el Barcelona. No voy a entrar si fue justa o no (la primera tarjeta amarilla, por protestar un fuera de juego claro de Luis Suárez , me pareció excesiva a todas luces) aunque luego hizo méritos para alguna más. Pero lo de este chico ya es preocupante. Es más un problema que una solución para el Real Madrid. No merece ser el capitán, es una rémora para los suyos.  Además  de defender mal, aporta  mucha inseguridad. Gran equivocación el haberle renovado el contrato cuando jugó a chantajear al Madrid.

   Sergio Ramos fue la nota negativa de este Real Madrid  que dio un golpe de orgullo en el corazón del Barcelona en el día del homenaje a Cruyff, a quien seguramente no le gustó el juego de su equipo por su parsimonia, por tocar sin fuste y por falta de ambición. Apenas hubo noticias  de Messi, mucho menos de Neymar y poco de Suarez. Piqué, él siempre controvertido Piqué, se las prometía muy felices con su gol, pero después estuvo de desastre en los dos goles que le devolvió el Real Madrid. Tantos que llegaron por las bandas donde Marcelo y sobre todo Carvajal, en el segundo periodo, se hicieron dueños y señores anulando a sus pares y convirtiéndose en extremos que llegaban como Juan por su casa. Ahí, se quebró la estabilidad defensiva de los azulgranas, que veían como un aguerrido Real Madrid, con el alma como bandera ponía cerco a la portería de Bravo.
  La victoria del Real Madrid es incontestable. Con diez jugadores silenciaron sepulcralmente al Camp Nou, en un encuentro más intenso que vistoso. La primera parte fue para olvidar por ambos equipos. El Barça tenía la pelota pero no inquietaba. El Madrid apenas salía, esperando a los azulgranas con todas las precauciones posibles, con un Casemiro que se multiplicaba para ayudar a todos. Inmenso el trabajo de Casemiro, uno de los baluartes de este volver a empezar del Real Madrid.

  La segunda parte ya fue mucho más  movida. De alguna forma los dos se quitaron el corsé y fueron a por el partido. El que primero llegó fue el Barcelona con el gol de Piqué en el minuto 55. Lo que parecía iba a ser el hundimiento definitivo de los de Zidane, ese gol del defensa culé  hizo  resurgir a los madridistas, que sacaron a relucir su casta y pusieron el alma para salvar el honor de la afrenta de aquel 0-4 de la ida; y de paso  recordar a los azulgranas que al Madrid no se le debe faltar al respeto. No le viene mal una cura de humildad a este Barcelona que se creía imbatible y que dio síntomas de agotamiento físico.

  Los blancos acabaron con la racha del Barcelona de 39 partidos invicto, y consiguen un triunfo que necesitaban y que les va a dar un gran impulso anímico para lo  que queda de temporada, sobre todo para la Champions y para la recta final del campeonato de liga. Una liga que ahora le sitúa a siete puntos del Barça, una distancia importante pero que al menos sirve para meter el miedo en el cuerpo a los azulgranas que ahora  tendrán que arremangarse para ganar el título liguero. Quedan 21 puntos por disputarse, y el Atlético tampoco ha dicho su última palabra.
   Con esta victoria del Real Madrid en casa del gran rival, Zinedine Zidane se ha ganado muchos puntos. Confieso que  no  las tenía todas consigo con  el francés, pero conforme van pasando los días me va convenciendo. Se ha dejado de hacer alineaciones correctamente políticas y a favor de obra,  para optar  por los jugadores de verdad, como Casemiro, y el equipo lo ha agradecido.
  Zidane, el debutante en el banquillo del gran clásico, sale por la puerta grande del Camp Nou a donde le ha ganado la partida claramente a Luis Enrique, que quitó al gran tapón que era Rakitic para poner a Arda Turan que desorientó a todos sus compañeros para no llegar a ninguna parte. La Victoria de Zidane  frente al Barcelona le refuerza en su aventura en los banquillos, al tiempo que inyecta optimismo  y esperanzas al Madrid para lo que queda de temporada.

  Las dudas ahora han quedado en Barcelona, que ha pasado de parecer inabordable a ofrecer un aspecto más humano, sufriendo un bajón físico  y de juego que le hizo fracasar a partir del minuto 15 del segundo periodo donde dejó de existir y naufragó ante un pletórico Real Madrid, que con tan diez  jugadores  tampoco necesitó de mucho para imponerse con claridad a este Barcelona bajo mínimos, que en vísperas de recibir al Atlético en la Champions, parece como grogui.

  La liga, con esta derrota inesperada del Barça, gana en interés. Sigue siendo el gran favorito, pero al mínimo descuido sabe que tiene al Atlético y al Real Madrid al acecho.
 

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad
Advertisement Advertisement Advertisement Advertisement