Opinión

El Madrid presiona al Barça hasta el final

          Con la derrota inesperada del Atlético de Madrid ante el Levante en el Ciutat de Valencia por 2-1, los rojiblancos se  despiden de la lucha por el título de liga que ya es cosa de dos: Barcelona y Real Madrid.

  El Atlético perdió todas sus opciones en la liga ante su bestia negra, el Levante, su verdadera pesadilla desde el  2007. Desde entonces es incapaz de ganarle en su estadio. De nuevo quedó refrendado para desgracia de un Atlético de Madrid   víctima de la sobrecarga de ansiedad, desgaste y exceso de adrenalina a la que les somete Simeone, sobre todo en Europa. Esa fatiga emocional que tuvo su culminación en el tremendo esfuerzo que hicieron en Múnich ante el Bayern, les pasó factura ante un Levante que ya descendido de categoría no  se jugaba nada, pero que pudo con un Atlético que no dio su mejor versión en el peor momento. Rossi, los desterró de la liga.
 A pesar de quedarse ya fuera por la lucha del campeonato liguero, el Atlético ha cuajado una estupenda temporada que puede tener su colofón en Milán.

  Ahora la liga queda en un mano a mano entre el Barça y el Real Madrid. 88 puntos suma el equipo azulgrana frente a los 87 de los blancos. El claro favorito es el Barcelona que en la última jornada visitará al ya salvado Granada. El Madrid se desplazará A Coruña, equipo que también con su triunfo en Villarreal ha confirmado su continuidad en primera división.  Todo pinta a favor de los azulgranas que como quiera que tienen la diferencia de goles a su favor les bastará con un triunfo contra el Granada o un pinchazo del conjunto blanco para proclamarse campeón de liga. Pero como dice Zidane, en el fútbol todo puede pasar y todo es posible.


  El Barça, con la clarividencia de Messi que abrió el marcador con un golazo de falta, no tuvo problemas para imponerse de principio a fin a un Espanyol que fue un quiero pero no puedo. LO del “tamudazo”  con el actual Espanyol era un sueño imposible de llevar a cabo frente a este Barcelona que se está jugando la vida. El partido en el derbi catalán tuvo poca historia. Luis Suárez marcó dos tantos y sigue en lo más alto de la tabla de goleadores, Neymar y Rafinha  completaron la goleada.

  Más miga tuvo el partido entre el Real Madrid y el Valencia. Venció el equipo blanco por 3-2, pero lo hizo sufriendo. El Madrid pasó de hacer un buen primer tiempo a desaparecer en el segundo periodo a raíz del minuto diez. A partir de ese momento hicieron mutis por el foro y Casilla, que sustituyó al lesionado Keylor Navas  fue quien sostuvo a los blancos con grandes intervenciones.

   Cuando los madridistas tenían a todo a su favor se dejaron llevar de forma inexplicable. En ello influyó la incomprensible decisión de Zinedine que se equivocó en los cambios llevando la confusión al equipo. Acabó con cinco defensas, (por dar entrada a Arbeloa en lugar de Cristiano para que recibiese el último homenaje del Bernabéu) , cuatro centrocampistas y Jesé como única referencia atacante. Resultado de esa decisión: el caos y la desorganización en todas las lineas, sobre todo en la defensa que se vio superada por un Valencia que se fue decididamente al ataque.

    En el segundo periodo, el Valencia que se había ido al descanso con 2-0 en contra, sacó el orgullo que le faltó en el primer tiempo y mereció no sólo empatar sino tal vez algo más.. A falta de algo más de quince minutos para el final, el Real Madrid ganaba por 3-1 al marcar Cristiano el tercero -segundo de su cuenta-. Con ese resultado daban el partido por finiquitado. Error mayúsculo, los de Zidane confiados por el conformismo de su entrenador -que se equivocó en los cambios-, se dejaron llevar. El Valencia, en cambio, se fue al ataque (perdidos, al río) y llegaba con suma facilidad a los dominios de Casilla que estuvo inmenso en un par de paradas casi imposibles. Nada pudo hacer en el golazo de André Gomes que puso el 3-2 y el suspense... Al Madrid, entonces  le  entró el miedo en el cuerpo. Estaba roto, sin personalidad y muy descontrolado. Era un manojo de nervios ante el posible empate del Valencia que lo siguió buscando con ahínco. Un empate que hubiese dejado la liga en manos de su gran rival, el Barcelona.

   La expulsión de Rodrigo por llamar “cagón” al juez de línea , el  mismo que había dado por bueno el 2-0 de Benzema, que partió en la jugada inicial en fuera de juego pero no  en la segunda porque el balón le llegó de un contrario, de Mustafi; de alguna forma alivio al Real Madrid que no obstante terminó pidiendo la hora.

 Fuese por el desgaste europeo, por las ausencias o por lo que fuese el caso es que pasamos de un buen Madrid del primer periodo a un soso, abúlico y simplón equipo que  en la reanudación pudo regalarle la liga al Barça.
 Cristiano, a pesar de no estar pletórico volvió a ver puerta y sigue empeñado en disputarle la bota de oro a Luis Suárez. Benzema, reapareció pero no estuvo. James, sigue sin estar. Casilla, el guardameta, fue el mejor y confirmó que la portería del Real Madrid está muy bien resguardada.
  El caso es que el Madrid mantiene el pulso por la liga hasta el final. El sueño del madridismo, ahora, es el traslado del fantasma de Tenerife a Granada.

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