Opinión

Messi deja en estado de shock al barcelonismo

Barcelona ciudad, en general y el barcelonismo  en particular, aún están conmocionados por la marcha de Leo Messi del club donde creció y se hizo el mejor jugador del planeta.

Messi está escribiendo una de las páginas más tristes en la historia del Barcelona, el club de su vida, a donde llegó con 13 años procedentes de Argentina para realizar una prueba en el equipo azulgrana. Sobra decir que la prueba la pasó con nota alta  y entró a formar parte de la cantera de la Massia, siendo su máximo exponente. En ella creció no sólo en lo futbolístico sino también en lo físico con un tratamiento de hormonas de crecimiento.

Se va el mejor jugador que ha tenido el Barça en toda su historia. En el club blaugrana se ha convertido en un héroe, en una leyenda que ha hecho mucho más grande al equipo culé.. Con el conquistó 10 títulos de liga, cuatro Champions, tres mundiales de clubes,seis copas del Rey,tres supercopas de Europa y ocho de España. Toda una colección de títulos que junto a otros grandes jugadores como Pujol, Xavi, Iniesta, Piqué, Busquets,etc.. ayudaron a hacer mucho más grande al Barcelona F.C. Messi, ha sido el abanderado de un equipo que enamoró al mundo con su fútbol de alta precisión que rozó la perfección. Uno, el Barcelona no se entendía sin el otro, su figura, Leo Messi.

Por estos motivos, entristece que Leo se vaya a ir por la puerta de atrás.

Por todo lo que el Barcelona ha hecho por él, no se merecía el desprecio de despedirse mediante un frío y mezquino burofax un 25 de junio a las 19,20, hora en que llegó a los servicios jurídicos del Club. Y por todo lo que ha hecho Messi por el Barça, tampoco se merecía  el desprecio de la actual directiva, y más concretamente del presidente Josep María  Bartomeu, que no ha sabido gestionar un desencuentro que viene desde hace dos años, y más desde finales de la temporada pasada.

¿Cómo es posible que haya ocurrido esto? Se pregunta la afición culé. Es complicado de entender, pero ha ocurrido por varias razones, fundamentalmente  porque las relaciones entre presidente y jugador se han ido deteriorando  tanto, que ya no se soportan.

Los desencuentros entre Bartomeu y Messi comenzaron,primero, con el traspaso de Neymar al PSG; después cuando presionó para que volviera y el presidente apenas le hizo caso. Circunstancia que llevó a Messi a declarar, con enfado incluido: “No sé si el Barça ha hecho todo lo posible  para su regreso”. Ahí comenzó su enemistad con el máximo mandatario a la vez que su particular cruzada. La destitución de Valverde tampoco le gustó, y menos aún cuando el secretario técnico, Enric Abidal, dijo aquello de “muchos jugadores no estaban satisfechos ni trabajaban mucho con Valverde”. Inmediatamente, Messi le contestó con dureza,diciéndole que diese nombres porque estaba ensuciando a todos.

La contratación de Setien tampoco ayudó a limar asperezas. Apenas ha tenido comunicación con el de Santander y mucho menos con su ayudante, Sarabia, quien con sus gestos públicos y desaires contribuyó a crear mal ambiente en el vestuario. Tanto se hartó Leo que en un momento de desesperación tras perder en el Camp Nou con Osasuna, dijo: “Ya avisé que así no nos daba para ganar la Champions y no nos alcanzó ni para la liga”.

El 2-8 del Bayern Múnich, fue la gota de agua que colmó el vaso. Tras el partido y vivir su peor noche como futbolista, ya se planteó seriamente la salida del Barça, que se hizo aún más patente con la despedida de su gran amigo, Luis Suárez  y  con la llegada de Ronald Koeman como entrenador, que no le convence y más después de hablar con él. El   técnico holandés esperaba convencer a Messi para que fuese la piedra angular del nuevo proyecto que pasa por rejuvenecer al equipo, dejando fuera,además de a Suárez, a Rakitic, Umtití y Arturo Vidal y poner un serio interrogante con Jordi Alba, Piqué y Busquets, pero después de la charla,  el rosarino vio claro que ya no era del planeta Barça. En esa conversación ya dijo “no” a Koeman.

Su marcha es una realidad a pesar de los cantos de sirena de la directiva y de la afición, que confían en que se produzca un milagro y haya marcha atrás. La decisión de Messi es firme,se va tras 20 años vestido de azulgrana. Toda una vida.

No hay forma de convencerle de lo contrario porque considera que el club con Bartomeu a la cabeza es un caos. Al presidente, se le acaba el tiempo, ya no tiene salida. El parapeto de Koeman no le va a servir de nada porque la estrella, la leyenda, el héroe del Camp Nou, con una frialdad que asusta, ha dicho que se quiere ir y se va. El proyecto de Koeman nace ya herido de muerte.

La gran sorpresa para el barcelonismo han sido las formas utilizadas por Messi  con ese escueto y desangelado  burofax. El jugador, que ha dicho amar al Barça sobre todas las cosas,ha pecado de poca sensibilidad y hasta de ser un  egoísta. En este sentido ha decepcionado a la afición azulgrana.  Le ha faltado grandeza como persona.

 Ha sido un extraordinario y diría que hasta sublime jugador  para el Barcelona, pero nunca supo ser un líder y mucho menos un buen capitán. Muchas veces se ha escondido y no  ha dado la cara. Como capitán  todavía no ha salido a explicar la humillante y vergonzosa derrota en el último partido de la temporada.

Y si tanto quiere al Barcelona, no puedo entender, aunque su contrato se lo permita, que quiera salir gratis del club que tanto le ha dado (50 millones de euros limpios por temporada). Lo mínimo que tenía que hacer es buscar una solución para que el Barcelona saque algún beneficio con su marcha. En este sentido, el comportamiento de Leo Messi está siendo lamentable, se mire como se mire.

La única aspiración del argentino es jugar en un equipo que no sea el Barcelona la próxima temporada. Según parece ya habría hablado con Guardiola para ver si el Manchester City puede afrontar su fichaje. Y no tendrá ningún problema para obtener el transfer de la FIFA.

  Para salir, Messi se agarra al contrato que firmó en el 2017 hasta el 2021, donde aparece una cláusula que le permite salir  a final de cada temporada. Y lo argumenta diciendo que no comunicó antes su intención de abandonar  el club al haberse  desplazado el final de temporada hasta el 23 de agosto con la final de la Champions,a causa del COVID19. Por el contrario, el Barcelona  entiende que esa cláusula de salida expiraba el 10 de junio, por lo que tiene contrato en vigor con una cláusula de rescisión de 700 millones.

Lío jurídico habemus. Tienen y deben llegar a un acuerdo después de tanto tiempo de amor compartido. Ni el Barça debe tener cuentas pendientes con Messi, ni Messi con el el Barcelona. De todas formas, sospechamos  que habrá una guerra abierta entre club y jugador.

Ya saben, del amor al odio hay un pequeño trecho.

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