Opinión

Pancartas, pitos y un madrid desatado

No corren buenos tiempos por el Bernabéu, como se demostró antes de comenzar el encuentro frente  al Celta, con pancartas en contra de los jugadores y de Florentino Pérez, que poco tiempo después retirarían los de seguridad. En ese ambiente frío y hasta distante comenzó el encuentro ante los gallegos que se caracterizan por el buen trato que hacen del balón. Dada la fragilidad de este Madrid, nadie las tenía todas consigo.
  El primer tiempo pasó sin muchas cosas que contar. El Celta dominaba la situación y hasta pudo adelantarse el el marcador por mediación de Aspas, pero de nuevo Keylor Navas, después de dar el balón en el larguero logró pararle al jugador celtiña el rechace, salvando a su equipo de ese gol y de un nuevo disgusto que podría haber resultado fatal para el devenir del partido.
   El Madrid solo dominaba a su rival en las alturas; y así llegó el primer gol madridista por mediación de Pepe al aprovechar un saque de esquina muy bien lanzado por Isco. El gol llegaba al borde del descanso y  se comenzó a calentar el ambiente para lo que vendría después.....

  No sé que pasaría en los vestuarios, pero el Real Madrid que vimos resurgir en el segundo periodo parecía otro equipo. No era ese Madrid lento, previsible y aburrido que hemos visto en partidos anteriores. Era el Madrid que su afición espera por los poderes que atesora y que por las circunstancias que sea no salen a relucir o salen con cuentagotas.. Salieron imparables y avasalladores.
    Fue un Real Madrid, intenso, eléctrico que salió a comerse al Celta y lo consiguió con una segunda parte brutal. Hacía tiempo que no veía jugar al ahora equipo de Zidane  con tanta garra, fuerza y actitud  como hizo en el segundo acto frente a uno de los equipos emergentes del campeonato que se vio superado por un inmenso Real Madrid, que marcó seis tantos más hasta completar ese 7-1 con que finalizó el partido.

  Creo que la reacción  espectacular de los jugadores blancos en el segundo periodo vino marcada por la frialdad con la que le recibió su afición después de la dolorosa derrota sufrida frente al Atlético de Madrid,de hace una semana. Frialdad que se hizo patente durante los primeros 45 minutos y que incluso llegó al rechazo en algunas intervenciones de Cristiano Ronaldo, que se fue a los vestuarios muy escaldado.
  El portugués, al igual que el resto de sus compañeros, en la reanudación se desató y llegó una explosión de juego, de goles y de buen fútbol. Los pitos de una parte de la afición hacia Cristiano Ronaldo, sirvieron para espolearle y apareció su instinto de depredador del gol. En 26 minutos, marcó cuatro tantos para superar al mítico Zarra y dejar en la mínima expresión al Celta que si en la primera parte le discutió la pelota al Madrid, en el segundo periodo desapareció merced a un juego brillante de su rival que le desnudo en todos los aspectos.
 Cristiano Ronaldo fue quien encendió la espoleta con su primer gol que consiguió de un espléndido disparo que con una parábola exquisita el guardameta del Celta Rubén,no supo como atajar.

  El portugués estaba rabioso y el arrebato de ira explotó en la celebración de su primer  gol. Cristiano pasó factura al público por haberle pitado durante algunos minutos en el primer tiempo. En plan desafiante, se llevó la mano al oído. ¡Pitarme más! ¡Pitarme más!  Mal hecho por Cristiano que debe entender que  la afición esté de uñas  con su equipo por lo poco que le está ofreciendo. Y  esa disconformidad la paga con la estrella del equipo.  El Bernabéu hace bien en exigir, y más en estos tiempos..Demasiada paciencia están teniendo con Cristiano y todo el equipo.... Sobra arrogancia y falta humildad. Pero el partido y los cuatro goles de Cristiano, fueron espectaculares. Lo cortés no quita lo valiente.

  El caso es que el primer gol de Cristiano, produjo una reacción en cadena de un Madrid que tras pasar por el vestuario fue  otro equipo bien distinto. Algo pasó en el descanso, y fue muy positivo. Cuando todo apuntaba a otro Madrid perdido y vacío, el equipo entró en combustión con un enorme segundo tiempo que fue para enmarcar.
     Fue una transformación total que hizo que entonces la afición, antes muy crítica, se entregase a este Madrid que ofreció su mejor cara. CR7 siguió a lo suyo marcando goles de todas los colores y en todas las suertes, e incluso  rompió su maleficio en las faltas.  
   Un segundo tiempo donde vimos como  Casemiro demuestra una vez más que es  imprescindible  para dar  equilibrio y fortaleza al centro del campo del Madrid. Casemiro,  junto a Modric (que no jugó) y Kovacic,  deben ser los tres titulares indiscutibles hoy en día. Si,  digo bien Kovacic, porque cuajó una soberbia segunda parte, robando, pasando y dándole salidas y velocidad  al balón. Borja Mayoral, volvió a trabajar a destajo y progresa; Jesé encontró el gol que tanto necesitaba, aunque lo que debe mejorar es su actitud y Bale, que reapareció, marcó su gol y dejó constancia que puede volver a ser un jugador imprescindible. Está de vuelta.

  Sin apenas opciones en la liga y todo por hacer en la Champions, el Real Madrid  debe seguir ofreciendo buena imagen en la competición doméstica. Y como quiera que vive en un estado de ansiedad por la triste temporada que están realizando, debe entender que la grada le someta a un referéndum en cada partido que juegue. El destinatario de la desaprobación es el modelo en su conjunto, pero queda representado en Florentino Pérez y Cristiano, las dos cabezas visibles. Los pitos y las pancartas, que fueron retiradas por la seguridad, así lo reflejaron.
  Los jugadores, con su entrega, brega y buen juego son los que deben contrarrestar ese ruido-murmullo del Bernabéu.  Sin liga y sin copa, queda algo tan grande como la Champions y sobre todo queda el orgullo,la pasión por unos colores, el compromiso y ese algo más.... Como el alma.
 

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