Opinión

París bien vale un Messi

Imagino que igual que me sucede a mi estarán un poco hartos de Messi y su historia de desamor con el Barcelona y la llegada a su nuevo Paraíso, nada más y nada menos que a París, a ese nuevo equipo galáctico llamado París Saint Germain (PSG). El nuevo rey de Europa que tiene derecho de pernada con el límite salarial impuesto por la UEFA que, para algunos clubes es de obligado cumplimiento y para otros una broma de mal gusto, que por supuesto pasan por alto como es este caso que nos ocupa.

Sinceramente, creo que lo de Messi y su marcha del Barcelona se ha desmadrado. La Ciudad  está en estado de shock y la afición culé  está derramando más lagrimas que que el día que falleció Josep Tarradellas-

Ya sé que la pérdida de Messi significa un daño moral casi irreparable para un Barcelona que está en quiebra financiera y deportiva. Lo entiendo, pero hombre derramar lágrimas y más lagrimas por un jugador, a pesar de ser el mejor de los últimos tiempos, me parece demasiado.

Las lágrimas de Lionel Messi en su despedida, fueron sentidas, eso sin duda alguna, pero también era sentida esa sonrisa de oreja a oreja a su llegada a París con la que será su nueva afición. Ya saben ese dicho: “No hay mal que 100 años dure”, y si es con dinero mejor.

El astro argentino no ha podido seguir en el Barcelona, al no poder formalizar su nuevo contrato  el club azulgrana a causa de sus graves problemas económicos y la normativa salarial de la Liga del fútbol profesional, que por una vez no está dispuesta a transigir como lo ha hecho en temporadas anteriores.

Messi, es verdad que se había rebajado un 50% su sueldo, pasando de cobrar algo más de 69 millones de euros netos por temporada a casi 35. Un compromiso que era imposible de asumir frente a las limitaciones de la patronal y, sobre todo ante la delicada situación económica del club. Entonces, segundo cuentan las fuentes del equipo azulgrana, en compensación a esa bajada de salario, le habían ofrecido un contrato  por cinco temporada (Messi tiene 34 años). De hecho, y según parece, ya estaba acordado como se iba a pagar al argentino: 20 millones la primera temporada; con una fuerte subida en la segunda campaña, no se especifica cuanto,  con disminución en las tres ultimas. Ni con esas condiciones, podía el Barcelona afrontar el nuevo contrato de Lionel Messi. Como diría un castizo: “A buenas horas mangas verdes”.

Voy a decir tal vez una barbaridad pero, en parte Messi es culpable, al margen de la nefasta gestión de la directiva de Bartomeu,  de la ruina del Barça. En todos los años que ha estado en el equipo azulgrana ¿Cuántos contratos  y renovaciones ha tenido? Un sinfín y cada vez que se le revisaba subía de forma considerable sus emolumentos. Hasta llegar al último firmado por el egoísta de su padre, con el visto bueno del propio Messi, de más de 138 millones de euros brutos que era lo que pagaba el club por cada año de contrato. Una barbaridad y una inmoralidad  que se ha comido al Barcelona hasta llegar a una quiebra de grandes dimensiones. “De aquellos barros, estos lodos”.

En definitiva, que la estrella argentina ha cambiado la Sagrada Familia por la Torre Eiffel, y las Ramblas por los Campos Elíseos. Allí en París, se ha desatado la locura con su nuevo astro que se suma a Neymar y ¿Mbappe? Y unos cuantos más. De momento por cada uno de los dos años que ha firmado, cobrará la nada despreciable cifra de 40 millones de euros, lo que no podía ofrecerle el Barcelona, que llora de rabia e impotencia.

  Como bien ha dicho mi admirado J.A.Martinez Lamoca:  París bien vale un Messi.

 

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