Opinión

Partido muy bravo en el Sánchez Pizjuán

En el día en el que Sergio Ramos se enfrentó por primera vez a su ex equipo, el Real Madrid, donde estuvo casi 16 años, Sevilla y Madrid empataron (1-1) en un choque muy bravo. Y ya se sabe, en este tipo de ambiente, Sergio Ramos se desenvuelve como pez en el gua. Fue el caudillo de un Sevilla al que parece que su nuevo entrenador, Diego Alonso, le ha insuflado energía renovada. Debe ser el espíritu uruguayo.

Los dos equipos protagonizaron un gran partido muy caliente, jugado de poder a poder y muy competido desde el principio al final. El juego, fue de ida y vuelta con la intensidad como denominador común  por las dos partes que buscaron el triunfo hasta el último aliento. Fue una tarde de buen fútbol y de polémica en el Nervión. Fue un empate con mucha enjundia. Un duelo muy atractivo que empezó y terminó en ambas áreas Tal vez lo peor del emocionante partido fue la actuación del colegiado De Burgos Bengotxea, que se tragó un claro penalti a Vinicius y estuvo toda la tarde muy despistado. Le ha dado argumentos a Real Madrid TV.

Como decíamos, Sergio Ramos en  los ambientes calientes saca  a relucir su personalidad. Y en esa atmósfera, reinó. Fue protagonista en jugadas claves. Salvó dos balones en su área, dio un cabezazo de los suyos que obligó a Kepa a realizar la parada del partido; y se encaró a Rüdiger en más de una ocasión para marcar territorio. En definitiva, Ramos en estado puro 

Diego Alonso, optó por un 4-3-3 que utilizaba a la hora de atacar y por un 4-4-2 cuando defendía, con los extremos tapando las bandas. El Real Madrid,  dejó en el banquillo a Camavinga y Modric para dar carrete a Kroos, Tchouaméni y Valverde en el centro del campo con Bellingham como media punta y con Rodrygo y Vinicius como hombres más adelantados. Alaba reapareció en la defensa.

El equipo de Ancelotti, comenzó en plan mandón y a los pocos minutos, Valverde perforaba el área del Sevilla, pero  fue anulado por fuera de juego, por media bota de Bellingham. Gol, bien anulado por De Burgos Bengoetxea, condenado toda la semana por Real Madrid TV. Nada que decir

De lo que vino después hay mucho que hablar. Rüdiger le robó, sin falta, un balón a Ocampos, que se quedó en el suelo, de esa recuperación nació un contragolpe de manual del Madrid que culminó con gol de Bellingham. Pero De Burgos decidió, segundos después de iniciarse la jugada sin que ningún jugador de los dos equipos se enterase, detener el juego para atender al argentino, quien poco después salió al terreno de juego como un resorte. El Madrid no entendió que parase el juego y nosotros tampoco. La acción enfureció al banquillo blanco y a un Ancelotti desesperado con el árbitro. La gris actuación de colegiado, vuelve a dar munición  a Real Madrid TV.

Al Madrid se le fueron dos goles en apenas siete minutos en la semana del madridismo sociológico, ese mantra que ha acuñado Joan Laporta para desviar la atención de la difícil situación arbitral que se cierne sobre el Barcelona.

Al Madrid, al margen del arbitro, se le veía muy suelto ante una defensa muy adelantada del Sevilla. Ese dominio no le dio para marcar gol. Algo que de alguna forma levantó a los de Diego Alonso, que puso en órbita la valentía con la que quiere que juegue su equipo.Era un intercambio constante de golpes con el Sevilla creando situaciones peligrosas para su rival. Carvajal sacó de cabeza un zurdazo de Rakitic; Kepa le hizo una gran parada a un remate de Ocampos y Sow cruzó demasiado un remate sin oposición. El Madrid, no se quedó atrás. Sergio Ramos le sacó un gol en la línea a Alaba. Más tarde Vinicius no supo dirigir correctamente una volea que fue a parar al cuerpo de Nyland, tras pase magnífico y profundo de Rüdiger.El partido era vibrante y muy competido a la vez que muy vivo en las áreas. Lo peor, el arbitraje. Cerca del descanso Navas le hizo un claro penalti a Vinicius, a quien empujó por detrás cuando el brasileño le había superado en carrera. De Burgos no vio falta y el VAR enmudeció.

El Real Madrid fue mejor en el primer tiempo, pero en el segundo periodo, el Sevilla estuvo algo más por encima de los madridistas. Los dos equipos buscaban el gol que no llegaba a pesar de las buenas ocasiones por ambas partes. Las más claras eran del Madrid, concretamente de Rodrygo, que sigue a oscuras, y que gozó de dos buenas ocasiones. La primera tras pase de Valverde, buena maniobra del brasileño y remate que en última instancia despejó  con apuros el guardameta Nyland, más espabilado que Rodrygo que sigue negado de cara a puerta. La otra, fue una vaselina defectuosa, que desvió el portero sevillista para que después despejara Sergio Ramos.

El partido tenía un ritmo febril y conformen iban pasando los minutos los nervios aparecieron. El cansancio se fue notando por aquello de la jornada FIFA y llegaron los cambios. Ancelotti introdujo a Modric y Camavinga por Valverde y

Hasta que llegó el gol, minuto 73 centro de Acuña desde la banda izquierda Ocampos no llega al remate y Alaba, en el intento de despeje  y acosado por Nasyri, introdujo el balón en su propia portería. El Sevilla lo celebró a lo grande, pero poco le duró la alegría porque en el minuto 77, Carvajal empató con un cabezazo digno de auténtico delantero centro, tras  estupendo centro de Kroos al primer palo.Ninguno se conformaba con el reparto de puntos. El Sevilla, algo más entero, colgaba y colgaba balones al área madridista. En uno de esos centros, Sergio Ramos cazó un tremendo cabezazo al que respondió Kepa con la parada del partido. Luego llegaron los nervios, los empujones y la tángana, con Vinicius relevado después de esa trifulca por reclamar penalti.Esos enfrentamientos dejaron un mal final a lo que fue un partido apasionante.

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