Opinión

¡Qué manera de sufrir!

De milagro,  sobreviviendo como sea. Así es como gana el Madrid. No me pregunten el cómo. No lo sé, son las cosas del Real Madrid que cuando más difícil lo tiene aparece esa mística tan madridista y remonta un partido imposible.

Esto fue lo que sucedió frente al Chelsea. Agotado hasta la extenuación y con una defensa en cuadro, el Madrid forzó de forma agónica la prórroga de la que Salió semifinalista. Perdió 2-3, pero el cómputo total de la eliminatoria fue de 5-4 a favor de un  Real Madrid que sobrevive a las duras y a las maduras.

Y de nuevo el equipo blanco tuvo que remontar una eliminatoria que tenía perdida, esta vez  frente al Chelsea  que durante más de una hora fue infinitamente superior en todos los aspectos. En lo físico, en el ritmo, en las transiciones y por supuesto, en ambición. Era el fútbol total ante la timidez de los blancos.

La superioridad del Chelsea no es discutible y seguramente otro equipo distinto al Madrid, se hubiese venido abajo. Pero es tanta la leyenda de este equipo que se levantó y Salió de las tinieblas cuando estaba siendo sometido por su rival.

Pasó del tormento al extasis    con otra remontada. Nadie o casi nadie pensaba que con la ventaja que traía de Londres (1-3) tendría que remontar. Pero el Chelsea demostró por qué es el actual campeón de Europa. Con un gran juego que desarrolló con  energía   apabulló a un Madrid bajo mínimos. Pero, amigo, en el fútbol también se juega con el alma. Y, en esto, nadie o casi nadie gana al Real, que pese a que su fútbol no fluya,le pone ese espíritu  rebelde y esa alma para levantar una eliminatoria imposible.

Transcurría el minuto 79, y el Chelsea con 0-3 en el marcador, buscaba matar definitivamente la eliminatoria. Y a punto estuvo si no es por una parada extraordinaria de Courtois a un remate de Havertz. Acto seguido, llega el gol de Rodrygo, minuto 80, a pase genial, con el exterior, de Modric que remató según le llegaba, el brasileño de forma inapelable. De nuevo el croata  impartió cátedra  de pundonor y de clase. Eterno Modric. Era el 1-3, eliminatoria igualada.

Benzema,siempre Benzema, a los nueve minutos de la prorroga, selló la clasificación con su cuarta gol al Chelsea, que deja fuera al actual campeón de Europa. El tanto llegó a pase de Vinicius, que estuvo apagado pero apareció cuando más falta hacía. Los milagros también existen en el Bernabéu, y parece que son patrimonio del Real Madrid.

Pero antes de todo esto, el estadio estuvo al borde de un ataque de nervios. Ni siquiera con un resultado favorable  pudieron tener una noche plácida. NO es la primera vez que le sucede a los blancos. No saben administrar una buena ventaja. Ya les sucedió con otros equipos: Juventus, Bayern Múnich y Ajax. Al Madrid le va más remontar que conservar.

El Chelsea en el Bernabue fue tan bueno como el Madrid en Stamford Bridge. Nadie creyó en el mensaje victimista  de  Tuchel, que estuvo vendiendo que era imposible la remontada.. Mentira. Vinieron a por todas y lo demostraron con un fútbol total, moderno  e intenso. El Madrid, que dijo no confiarse,  se vio sorprendido por la fortaleza física y energía  de los londinenses que llenos de ambición y viendo que el Madrid jugaba a que pásese el tiempo, jugó  a tumba abierta.

Tuchel, el técnico alemán del Chelsea, Salió a por todas. Jugó con cuatro atrás, situó a Kovacic junto a Kanté; y Marcos Alonso,que cuajó un gran partido, fue lateral postizo  jugó de extremo izquierdo y forzó a Valverde a jugar como zaguero; y llenó el ataque con jugadores en constante movimiento: Werner,Mount y Havertz; con Loftus-Cheek por la derecha.

Estas maniobras tácticas, sacaron de sitio al conjunto blanco que muy pronto, al minuto 15, vio como Mount hacia el 0-1. Gol que dejó groggy al equipo de Ancelotti que andaba perdido.

Era muy pronto para encajar un gol. Al cuarto de hora los ingleses ya tenían media remontada. Y como quiera que vieron a sus rivales muy heridos fueron a por el partido con una fuerza descomunal.

En el Madrid,nadie daba un paso hacia adelante. Estaba como asustado. Nadie se parecía al del partido de ida. Valverde, que había fallado en el 0-1, actuaba cohibido, también lo estaba Kroos ante la intensidad londinense. Las sensaciones eran  las peores posibles.

La segunda parte, comenzó con la misma tónica que el primer periodo. Nada cambió. Y de nuevo, muy pronto ,tras saque de esquina muy protestado, porque no fue, Rüdiger (gran central), solo de cabeza marcaba el 0-2 en el minuto 51. La ventaja quedaba totalmente neutralizada a medio partido.

El Madrid,ya sin nada que guardar se estiró un poco pero lo hacía sin profundidad. En cambio, una pérdida imperdonable de Mendy permitió la contra inglesa que resolvió Marcos Alonso marcando el 0-3, que fue anulado, y con razón, por mano  previa de Marcos. El VAR anuló el tanto y el Bernabéu respiró.

Al poco, Benzema en una jugada calcada de Stamford Bridge mandó un cabezazo al larguero. Pintaban bastas y la suerte era esquiva. Ancelotti, entonces refrescó el equipo dando entrada a Camavinga por Kroos, que se fue muy enfadado.

El Chelsea seguía a  lo suyo, poniendo cerco una y otra vez a la portería madridista. Y ya se sabe, va tanto el cántaro a la fuente que al final se rompe. Y llegó el gol de Werner en el minuto 74, quien de varios amagues, logró  el 0-3. Mazazo en toda la extensión de la palabra para los jugadores blancos y para la afición. La eliminatoria estaba perdida

Pero en esas trágicas circunstancias, apareció el espíritu indomable del Real Madrid. Perdidos al río, entraron Marcelo por Mendy; y Rodrygo por Casemiro. Dos cambios que a la postre resultaron vitales. Marcelo por buscar a Modric, quien de genial y soberbio pase con el exterior vio el desmarque de Rodrygo que  de forma inapelable marcó el 1-3. La eliminatoria estaba igualada.

El Bernabéu, entonces explotó. El susto había pasado y entró en comunión con sus jugadores que acometieron la prórroga con aire renovado y en modo de grandes remontadas, para levantar una eliminatoria que tenía perdida. Robó Camavinga (que le dio nuevos bríos al equipo) filtró para Vinicius, se frenó en el área esperando a Benzema que marcó de cabezazo muy preciso, el definitivo 2-3.

El estadio estalló de alegría pero sufrió hasta el final, ante  las acometidas leñas de peligro de un Chelsea que murió con las botas puestas.

El Madrid lo volvió hacer cuando nadie daba un real por él.  De nuevo está en unas semifinales de la Champions. Algo a tener muy en cuenta porque no es fácil jugar 10 de las últimas 12 semifinales.  No me pregunten el cómo y el por qué pudo salvar esta  eliminatoria. No lo sé, simplemente es el Real Madrid.

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