El Real Madrid, en efecto, se lució en la Tacita de Plata por vencer no sólo al Cádiz (0-2) si no por el juego brillante que desplegó durante los 90 minutos, con Rodrygo y Benzema como sobresalientes.
El Real, también demostró que está perfectamente preparado para su visita a Londres, del próximo martes donde le espera un Chelsea muy revolucionado y con muchos problemas, tras una nueva derrota en la Premier.
En cuanto al partido contra el Cádiz, salió con una convicción total desde el minuto uno. Nada de especulaciones, fueron a por la victoria de una forma casi salvaje y con una gran actitud por parte de todos. El equipo blanco, pese a la gran distancia que le separa del Barcelona, se ocupó de que no se notase y de que habían llegado hasta Cádiz a por la victoria. Los de Ancelotti, no querían permitirse más derrotas como la que sufrió contra el Villarreal y agarraron el partido desde el comienzo.
Eran tantas las ganas de los madridistas que apenas permitieron hacer carreras a los de Cádiz, excepto una que terminó con un balón al palo de Espino. Poco más permitió la buena defensa blanca, con especial mención a Militao, que se desenvuelve con una autoridad insultante.
El Madrid se olvidó por momentos de su cita del próximo martes con la Champions. Ancelotti, no tanto, ya que movió la alineación. Ausentes, Kroos y Vinicius, que se quedaron en la capital descansando, el italiano optó por varios cambios como Lucas Vázquez y Nacho en los laterales; Valverde era el único de los titulares que estaba de inicio junto a Ceballos y Tchouaméni; y delante, Rodrygo ocupando la demarcación de Vinicius, Benzema y Asensio. Sin duda, un buen equipo que tenía ganas de victoria y lo conseguió, haciendo un estupendo partido.
Por parte del Real, sobresalió Rodrygo y por parte del Cádiz, su guardameta David Gil, que estuvo inmenso. Salvo a su equipo de una goleada de escándalo, llevando casi a la desesperación al propio Rodrygo que tuvo hasta tres ocasiones cara a cara con él, y las tres las detuvo. El brasileño, falló una y otra vez ante la sensacional actuación de David Gil, pero fue el mejor del partido con sus incursiones a lo Vinicius. Tanto un jugador como otro, los dos brasileños, son dos jugadores distintos, de los que ya quedan pocos por esos campos de Dios.
Rodrygo fue la figura de un partido magnífico del Real Madrid,que consiguió pocos goles por tantos como mereció. La delantera tuvo momentos brillantes , tirando paredes entre Asensio y Benzema al borde del área que terminó con un disparo del francés estrellado en el cuerpo del inspirado guardameta cadista, previo penalti a Benzema, por agarrón que él VAR pasó de él.
El Madrid se estaba divirtiendo pero fallaba a la hora de definir. Ahora era Rodrygo, otra Ceballos; Benzema que manda un balón al larguero,etc,etc….. Nada, que el gol que tanto buscaba el conjunto blanco no llegaba, ante un Cádiz que montó una muralla en la bahía con su portero, David Gil, al frente. Él Real, ponía el arte y el portero del Cádiz el cerrojo.
Y lo que son las cosas, tuvo que ser un defensa, Nacho,que pasó de jugar de lateral izquierdo, posición en la que no se encuentra cómodo, al lateral derecho con la entrada de Camavinga, el que abriese la lata en el minuto 70, con un disparo al borde del área, desde la posición de media punta que batió al infranqueable hasta entonces, David Gil.
Durante 70 minutos, el Cádiz con un luchador infatigable como Fali, había mantenido la puerta a cero y en cuatro, llegaron los dos goles. Asensio, que está en racha, hizo el 0-2 con un sutil golpeo cruzado, que dejó el encuentro sentenciado. Así es el fútbol, cuando menos lo esperas, llega lo inesperado.
En definitiva, en un partido de tránsito a las puertas del viaje a Londres, el Madrid se tomó muy en serio su partido en la bahía gaditana. Como debe ser. El martes ya será otra historia.
