Opinión

El Real Madrid se parte la cara

El Real Madrid logró un empate (1-1) milagroso, en el último suspiro del encuentro ante el Shakhtar Donestz, gracias a que Antonio Rüdiger,literalmente, se partió la cara para que su equipo no saliera mal parado de Varsovia, lugar donde se disputó el encuentro. Un punto que ya le clasifica matemáticamente para octavos de final.

En el último instante, el alemán todo poderío, cabeceó un centro perfecto de Kroos una milésima de segundo antes de estrellarse con el portero Trubin. Chocaron cabeza con cabeza en un impacto escalofriante que terminó con Rúdiger ensangrentado de forma alarmante. Tuvo que ser retirado y necesitó veinte puntos de sutura. Lo del guardameta ucraniano fue más leve y terminó con la cabeza vendada.

Ese halo misterioso que tiene el Madrid, volvió a repetirse. En el último minuto, cuando se mascaba la primera derrota de la temporada, y a falta  de escasos segundos para finalizar el encuentro que estaba en el descuento (5 minutos más), llegó el enorme cabezazo de Rüdiger que sigue estirando la leyenda de épica que envuelve al Real Madrid.

El alemán, Antonio Rüdiger, que ha entrado de pie al vestuario blanco, junto a su compatriota Toni Kroos fueron los más destacados del Real que tuvo una actuación más que discreta. Vamos, que jugó mal, como sinceramente reconoció Ancelotti.

El Madrid, tal vez con el pensamiento en el clásico, salió a templar gaitas. Jugaron sin tensión y mucho menos con intensidad. Así es difícil ganar.  Pensar que con la ley del mínimo esfuerzo conseguirían su objetivo, fue un tremendo error. No sabían que enfrente tenían a un Shakthar todo ímpetu y pundonor;  y con la fe extra que le imprime la situación de guerra de su país, Ucrania. Los jugadores ucranios, sufren por sus compatriotas que están en guerra y ellos,  por la difícil situación que vive su país juegan desterrados. El partido se jugó en la capital de Polonia, Varsovia en el estadio del Legia. Llevan cuatro años sin jugar al calor del hogar.

El Shakhtar, admirable en todos los sentidos , hizo más méritos para ganar que el apocado Real Madrid. Es más, debió ganar aunque, al menos, colocó al campeón contra las cuerdas.

Comenzó Ancelotti con una alineación condicionada por el clásico del domingo, dando carrete a Lucas Vázquez, Nacho y  al inefable Hazard, que volvió a estar intrascendente. Rodrygo ocupó la banda de Vinicius,Valverde siguió por la derecha y en el centro del campo como ejes, Kroos y Tchouaméni.

Fuese por los cambios o por lo que fuere, el caso es que el Madrid no se encontraba. Su juego era lento y previsible con abuso del juego por el centro que no llegaba a ninguna parte. De no ser por la resistencia de los alemanes, Rüdiger y Kroos, el Shakhtar se hubiera llevado un triunfo que mereció por el empuje y coraje que puso,dadas sus difíciles circunstancias.

Los ucranios tuvieron mucho mérito. Comenzaron  amagando con las arrancadas de Mudryk y Zubkov. Resistían en defensa con el guardameta Trubin que atajó con acierto, tres disparos de Benzema,  Rodrygo y Valverde, las únicas oportunidades medio claras del Madrid en todo el primer tiempo.

Esas acometidas del Shakhtar, eran paradas por los dos centrales blancos, Rúdiger, que exhibió su enorme poderío ante el tanque de jugador que es Traoré,  y Nacho que rebaño todo lo que quiso ( Es imperdonable que este jugador no vaya a ir al Mundial).

 El gol de los ucranios llegó, nada más comenzar el segundo periodo. Una llegada por la banda izquierda de Mikhalichenko desembocó en un centro  al segundo palo, Mendy no saltó y Zubkov, el mismo que marcó en el Bernabéu, conseguía de cabeza el 1-0.

 Ancelotti, inmediatamente reaccionó y metió a Vinicius y Modric por Hazard y Tchouaméni. Pero curiosamente, el Madrid menguó y creció el Shakhtar. Pudo marcar Traoré al plantarse solo ante Lunin. El delantero no supo definir tras un duelo con el portero madridista que primero le cerró el paso, y acabó por matar al larguero. Incluso Zubkiv pudo marcar con un zurdazo que llevaba veneno, el mismo que le faltaba al Real.

 El panorama estaba muy serio, tanto que a los 66 minutos Ancelotti ya realizó los cinco cambios. Lógico, mejoró el Madrid pero sin arrollar. Tocaba tirar de épica y, esta llegó. Kroos, se puso a los mandos con centros que ya avisaban de lo llegaría después. Primero un cabezazo de Vinicius que se fue por poco y acto seguido, llegaría ese cabezazo, que nos remite a otras épocas, de Rüdiger.

Un tanto que vale por el billete a los octavos. Ya clasificado,ahora tiene el objetivo de terminar primero de grupo. El Leipzig le espera el próximo 25.

 

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