El Real Madrid en un ejercicio coral, más que imponerse avasalló al Shacktar Donest por 0-5 en el estadio Olímpico de Kiev, la capital de Ucrania donde la temporada pasada fue incapaz de ganar el Madrid de Zidane. Ni allí ni en Madrid, perdió los dos y el equipo blanco empezó a dibujar una crisis que después ZZ supo sofocar. Pero aquello ya es historia.
En esta ocasión el Madrid hizo un monólogo, cuajando un partido muy completo por parte de todos. Los blancos se lo pasaron en grande frente a un Shacktar, de piel un poco endeble y con ocho brasileños en su alineación, que solo aguantó el primer tiempo.
Nada pudieron hacer ante la fantasía de un desatado Vinicius, que escribió uno de los mejores goles de esta Champions; el trabajo serio y en silencio de Rodrygo, ambos muy bien acompañados del aliento del omnipresente Benzema, que volvió a estar en todas las salsas, interviniendo de alguna forma en todos los goles. Junto a esta tripleta atacante que será la que juegue en el Camp Nou el próximo domingo, hay que destacar el trabajo brillante del centro del campo madridista, que nos recordó al de las tres Champions logradas de forma consecutiva.
Cada uno a su estilo, Modric,Casemiro y Kroos sacaron a relucir su empaque. Fueron los que pusieron el orden: Modric con su trabajo siempre lleno de clase e intensidad; Casemiro en su papel de cortar, equilibrar y pasar; y Kroos que volvió a sacar el compás para esos pases tan medidos al compañero mejor colocado.
Pero en Kiev hubo un Rey, Vinicius, él fue quien le puso cara a la goleada del Madrid con dos tantos y toda una exhibición . El segundo de su cuenta fue extraordinario. Fue un gol de auténtico crack, marchándose de hasta cuatro jugadores a base de bicicletas, amagues, cintas y velocidad para definir con la izquierda de forma impecable. ¡Golazo! Para enmarcar. En este gol, Vinicius demostró su crecimiento como el gran jugador que es, superando los viejos fantasmas del pasado donde se le hacía de noche a la hora de encarar. Ahora, emocionalmente liberado, es más preciso en la finalización y mucho más incisivo.
Antes de ese gol de fantasía, había marcado el 0-2 en una gran jugada entre Benzema, que robó un balón al defensa central Kryvstov, y Modric, que le dio un gran pase y que el brasileño aprovechó para definir perfectamente. De nuevo, acertó con categoría , antes de ofrecer una asistencia de lujo a su compatriota Rodrygo en el cuarto gol, sumándose así a la fiesta. Rodrygo, no es tan vistoso como Vinicius, pero es muy pulcro técnicamente y un jugador con clase ante el gol. Le ha comido el terreno a Asensio.
En el primer tiempo el Madrid dio por sentado que no se iba a dejar sorprender por el equipo ucraniano como antaño. El dominio de los blancos respondía a la jerarquía de sus centrocampistas, pero sin resultados positivos. La mayoría de sus ocasiones llegaban por disparos a media distancia que repelía su joven portero Trubin. Hasta 15 remates realizó el equipo de Ancelotti antes del descanso.
El gol llegó casi al final del primer periodo y lo encontró cuando Kryvstov (el capitán), amenazado por la presencia de Benzema, despejo hacia su portería un buen centro de Lucas Vázquez. Ese fue el principio del fin para el Shacktar, que vio como en la segunda parte se desmelenó el Real Madrid con cuatro goles más. La rúbrica la puso Benzema, el goleador blanco, que no podía marcharse sin conocer las miel del gol, después de semejante goleada.
Con el equipo ucranio en la lona y con el clásico en el horizonte,, Ancelotti hizo un rosario de cambios, tras comprobar que Mendy está ya presente tras cinco meses de baja. Su presencia se notó en defensa. Con todo a favor, el técnico italiano homenajeó a Marcelo con su partido número 100 en copa de Europa. Luego fueron entrando Camavinga, Asensio y Valverde por Modric, Kroos y Rodrygo. Incluso Vallejo, el inédito, entró por Militao.
El 4-3-3, que parece ser que ya es incuestionable para Ancelotti, dio un buen resultado en tierras ucranianas, donde el Madrid despejó las dudas que le habían ocasionado los tres traspiés de los últimos partidos. Europa, recupera la mejor versión del Real Madrid, que rehabilitado en la Champions afronta mejor el clásico del domingo.
No corrió la misma suerte, el Atlético de Madrid que perdió en el Metropolitano frente a la Juventus por 2-3, en un partido inmenso que pasó de la heroica al dolor. El equipo de Simeone fue capaz de igualar los dos goles iniciales de los ingleses para poner el estadio patas arriba. Fue un primer tiempo intenso en todos los sentidos.
En la reanudación, los dos equipos se lo tomaron con más tranquilidad. parecía haber conformismo, aunque los rojiblancos ponían más empeño. Pero corría el minuto 51 cuando Griezman, el autor de los dos tantos atléticos,fue expulsado por saltar con los tacos en la cara de Firmino, recibiendo la tarjeta roja.
El Atlético se quedaba con diez, el partido estaba roto pero aguantaban en inferioridad numérica. Hasta que un error de Hermoso que hizo un penalti absurdo decantó la balanza para el Liverpool. Salah, aprovechó para marcar de penalti, dejando el resultado en el definitivo 2-3.
