Opinión

El Real Madrid va a la deriva

El Real Madrid con la dura derrota en el Bernabéu frente a la Real Sociedad (0-2) volvió a dar señales alarmantes de ir a la deriva, de haber tocado fondo, y lo que es peor, no se adivina tiempos de bonanza en un equipo que parece acabado en todos los sentidos. Ya está a diez puntos del líder, el Barcelona

Ante la Real que venía de encajar varias derrotas, los de Solari se hundieron por sus errores y por la inacción del VAR en una jugada que va traer cola.

Al Real Madrid, además de abandonarle el fútbol también la suerte le ha dado esquina. A pesar de las carencias propias de este desilusionante equipo, si hemos de ser justos, tendremos que decir que no mereció la derrota ante una Real Sociedad que tuvo todo de cara desde el minuto uno con ese penalti absurdo de Casemiro, en una jugada intrascendente a los dos minutos. Penalti que se encargó de transformar William José.

Ese gol pesó como una losa en el ánimo de los jugadores blancos, que entonces fueron presos de una ansiedad que no les hacía jugar con la mente despejada. Era un equipo desquiciado y confuso lo que provocaba que fallaran ocasiones clarísimas como la que tuvo Benzema con toda la portería a su disposición, y las que tuvieron después Sergio Ramos y Varane, en la segunda parte.

La Real Sociedad durante todo el primer tiempo solo se dedicó a contener, después en la reanudación fue mucho más fluida y viendo herido a su rival, se tiró a la yugular dejándole muerto en el minuto 82, con el gol de Rubén Pardo. Eso sí, antes habían expulsado a Lucas Vázquez por doble tarjeta amarilla en el minuto 60. Una expulsión rigurosa pero expulsión al fin y al cabo.  

El colegiado Munera Montero merece un capítulo aparte. No vio o no quiso ver un penalti de libro de Rulli a Vinicius. El guardameta de la Real no alcanzó a tocar el balón en el derribo al brasileño, pero, incomprensiblemente el árbitro mandó seguir y encima el VAR no entró a juzgar la acción. Digo yo, ¿ para qué narices está el VAR entonces? No lo hicieron y es difícil de explicarlo porque el VAR se ideó para que los árbitros perciban las cosas que antes no podían ver. Si esos jueces que tuvieron la opción de ver la acción unas cuantas veces y decidieron no verla, el error encierra mucha malicia y roza la prevaricación.

Pero, a pesar de ese error garrafal que tal vez hubiese cambiado el signo del partido, al Real Madrid no le vale la coartada arbitral porque su juego sigue en el lado oscuro. Le falta frescura, concentración y como consecuencia el gol. Y sobre todo, les falta hambre y esos estímulos tan necesarios para alcanzar las metas. Solo un chaval de 18 años los tuvo, su nombre Vinicius, que fue la única buena noticia para el Real Madrid en otra tarde para olvidar.

El brasileño fue el único que desbordó con su endiablada velocidad, que encaró y que quiso jugar. Nadie en la delantera le acompañó. Fue el único que llevaba peligro, siempre mirando a la portería haciéndolo con profundidad, criterio y valentía. Algo que se admira mucho en el Bernabéu. Hay ganas de Vinicius, mientras de otros jugadores no tanto.

Si, de esos jugadores que juegan al escondite, que no se mueven ni piden la pelota y que suelen estar en zonas del campo donde no está el balón. Podíamos señalar a muchos, como por ejemplo Modric que parece que ya está en Italia; Kroos que sigue en el Mundial de Rusia; así como Varane; Casemiro más lento que el caballo del malo; y sobre todo Isco, que parece un ex futbolista. El malagueño está lento, sin ilusión. No está para jugar y no debe jugar hasta que vuelva a estar comprometido por la causa. Y encima algunos decían antes de comenzar el partido que por qué jugaba Vinicius en lugar de Isco. Su paupérrima actuación habla por sí sola.

Marcelo, que que era el jugador más dinámico y feliz del Madrid, es el gran señalado. Ha pasado de ser imprescindible a ser un bulto sospechoso que ni defiende, ni ataca ni nada de nada. Su banda es un chollo para el equipo rival,una autopista para penetrar en la débil defensa madridista, más perdida que nunca.

Marcelo, otrora un jugador fantástico, representa los males de este Madrid sin hambre y sin ilusión que está vaciando el Bernabéu, que registró una floja entrada. La afición ya está harta de la falta de ambición, de ganas de unos jugadores que parecen acabados y a los que se les ha ido la ilusión. Urge un cambio radical y encarar de verdad la difícil situación por la que pasa este triste Real Madrid. Modric, lo ha dejado bien claro: "El míster está haciendo un buen trabajo de mister, pero él no puede meter goles. Él prepara los partidos bien. Pero somos nosotros los que tenemos que hacerlo mejor. No podemos tener una cagada en cada partido. Y esto nada más es falta de concentración. Nos falta gol y más unidad en el campo” valoró el diez del Real Madrid.

Mientras tanto Florentino Pérez, que se vuelve a ir de rositas. Si, ese presidente que ha pensado solo y exclusivamente en el futuro del Madrid, sin caer en la cuenta que el presente en el equipo blanco es primordial. Al Madrid se le exige ganar cada día y en cada competición, lo lleva en los genes. El señor Florentino Pérez, esta temporada ha dejado de lado al equipo para centrarse en el faraónico proyecto de la reforma del Bernabéu, con un coste para el  club de 570 millones de euros. Lo va a hipotecar y aquí nadie dice nada. Él  y solo él es el gran culpable de la actual situación de este  triste y desdibujado Real Madrid .

Eso sí, para distraer al personal, en la mañana del lunes será presentado el primer refuerzo de invierno, Brahim Diaz, una promesa y un media punta más.

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