Opinión

El Real Madrid vuelve a tirar la liga

No se puede consentir que el Real Madrid , de nuevo, vuelva a tirar la liga. Es inconcebible, el error monumental de un equipo que venía de hacer una gran remontada,superando al Atlético de Madrid en la clasificación y acercándose a seis puntos del Barcelona con lo que parecía que comenzaba una nueva liga, y que en un lamentable segundo tiempo haya tirado por la borda todo el trabajo bien hecho que había realizado desde que comenzó el 2019.

Además estaba jugando bien, con buen ritmo, con ganas y ambición, dejando su impronta en el Camp Nou, Metropolitano  y en el Johan Cruyff Arena.  Pero en una mañana soleada de febrero, en el Santiago Bernabéu volvió ese equipo sin alma, sin tensión que nos recordó al de inicio de temporada.

Imperdonable la falta de actitud y ganas que mostró el Real Madrid en un frío primer tiempo, y en un horroroso segundo periodo. Comenzó andando, siguió al trote y terminó desquiciado ante la fe  del Girona que se llevó una justa victoria (1-2).

Es difícil de explicar que el que estaba siendo el mejor equipo del 2019, se llevara el tremendo bofetón del peor equipo en lo que va de año. Pero si, hay una explicación, claro que la hay. Cuando se juega con exceso de confianza y hasta con soberbia y prepotencia, pasa lo que pasó que el Girona que llevaba dos meses  sin ganar, te pinta la cara en tu propia casa. Lamentable.

El Real Madrid salió bajo de tensión y con una alineación un tanto frívola. Solari, que hasta ahora había manejado muy bien la situación, esta vez pecó de bisoño por  confiar en jugadores que no están al nivel de los que dejó en el banquillo.

La confianza fue el veneno que alimentó al rival. Vinicius, el animador, era suplente junto a los dos laterales titulares Carvajal Reguilón. En su lugar entraron Odriozola y Marcelo.  Odriozola ya sabemos que ataca mucho pero defiende poco, pero es que Marcelo parece un ex futbolista, de nuevo naufragó y ya van unas cuantas veces. Ceballos, entró por el sancionado Modric, y nada aportó; y  Asensio por Vinicius. Ninguno de ellos dio la talla, y demostraron las razones de su suplencia. Asensio, que parecía que emergía, volvió a defraudar y Bale, cuando entró, no se notó. Resultado, derrota sin paliativos y pasó atrás grave.

La alineación fue un inmenso error por parte de Solari, y de alguna forma es otro de los culpables de la derrota, por confiar en jugadores fuera de órbita. Con ello mandó el mensaje de exceso de confianza que fue el principal mal del Real Madrid, que volvió a las andadas. Además, para qué las rotaciones si el equipo blanco tienen una semana tranquila,no jugará hasta el próximo domingo contra el Levante.

Solari, pensó en los futbolistas, mientras que Eusebio Sacristán,técnico del Girona, lo hizo en el partido y le dio un revolcón táctico con Portu por la banda de Marcelo, que volvió a ser el gran pasillo del rival. Por ahí llegó el 1-2 del mencionado Portu. Antes Stuani había empatado de penalti, por manos de Sergio Ramos.  La ventaja madridista con el gol de Casemiro, se esfumó como el fútbol del Madrid que no supo como atajar el fútbol ofensivo del Girona que de alguna forma provocó Eusebio con sus cambios a la hora del partido. Lozano fue un estilete que campaba a sus anchas, mientras que el centro del campo blanco era incapaz de cortar las acometidas de su rival, que entraba como quería por las bandas.

El encuentro terminó a la desesperada por parte de los madridistas y acabó con un remate de cabeza de Courtois  a un saque de esquina que casi ve puerta. Intentó la épica, pero la mañana no estaba para eso después del ridículo segundo tiempo que hizo el  Madrid que fue desbordado por el entusiasta Girona. Es como si Solari tuviera que empezar de nuevo.

Parecía que el aficionado madridista se había sacudido el tormento con el que cerró 2018. Y ahora vuelve el sofocón de ver cómo tira la liga cuando se había reenganchado.

Con esta derrota, El Atlético vuelve a la segunda plaza de la clasificación , y el Barcelona se distancia, está a nueve puntos. Al Madrid se le escapa otra vez el sueño liguero. El efecto Solari, se enfrió.

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