Opinión

Remontada de campeonato

En un partido tremendo en todos los sentidos, el Real Madrid  ha dado el paso,casi definitivo, para proclamarse campeón de liga, al ganar (2-3) al Sevilla en el Sánchez  Pizjuán.

El encuentro, se mire por donde se mire, fue impresionante. Como impresionante fue la reacción del Madrid en el segundo tiempo, después de llegar al descanso perdiendo por 2-0. Y es que parece que nada distrae a los blancos que a pesar del esfuerzo de la Champions,con el City en el horizonte y con la liga a tiro no aflojaron en el Pizjuán.

El Madrid, que durante los primeros 45 minutos,sobre todo en la primera media hora, no jugó a nada dando la sensación de estar agotado físicamente después de la tralla que se dio contra el Chelsea (prórroga incluida), en el segundo periodo, resucitó y de ¡qué manera! Para otra remontada épica, jugando un fútbol de muchos quilates. Muerto estaba, pero resucitó

El equipo blanco, se puso en plan Real fijando como meta alcanzar la difícil cumbre. Ya se sabe, que le van los momentos imposibles que es cuando encuentra su hábitat natural. De nuevo puso el alma y al toque de corneta como auténticos guerreros, fulminaron al Sevilla, que hasta este partido nadie le había tosido en su estadio,  donde no conocía la derrota.

Los de Ancelotti tiraron de épica venciendo de la forma que solo los equipos elegidos pueden hacerlo, a lo grande. No solo puso el alma,también el carácter y esa fuerza mental digna de un campeón.

Perdía 2-0 al descanso, víctima de unos errores groseros  que hay que apuntar a Militao, que en el primer gol del Sevilla marcado por Rakitic, salió de estampida de la barrera descolocando a Courtois. Tambien falló,el  buen central,  en el 2-0 de Lemela tras un asalto que le ganó Tecatito por las dudas que exhibió. Pero al margen de esos errores puntuales, el Madrid estaba siendo arrollado por el Sevilla que desbordaba y se imponía en todos los duelos,practicando un juego rápido y vertical; con relevos muy bien hechos y con mucha convicción. De ahí su buena ventaja al finalizar el primer tiempo. Nadie o casi nadie esperaba lo que vendría después. Bueno, si, muchos seguidores madridistas que nunca pierden la fe en su equipo.

La victoria madridista, ha tenido el mérito añadido de sobrevivir a un calamitoso arbitraje de Cuadra Fernández, que primero no expulsó a Camavinga por doble amonestación; y después vio mano en un control con el pecho de Vinicius que era el empate a dos.. Si señaló  esa mano, también debió señalar la mano de Diego Carlos en un saque de esquina, parecida a aquella de Militao la temporada pasada, que prácticamente le costó la liga al Madrid. El arbitraje perjudicó a los dos equipos que estuvieron, muy por encima del colegiado.

Pero al margen de la polémica, creo que lo que debe prevalecer es el enorme partido que hemos visto. Tal vez el mejor de lo que va de temporada. Con un Sevilla pletórico en el primer tiempo; y un Real impresionante, en el segundo periodo.   Los mejores 45 minutos de todo el ejercicio.

El Sevilla que había tenido una gran media hora inicial, curioso se empezó a desangrar tras lo de Camavinga. Se le fundieron los plomos y las piernas. El Madrid, que durante los primeros  minutos había sido una caricatura,se fue, no obstante, al descanso con mejores impresiones.

Ancelotti, como estaba cantado quitó al imprudente Camavinga, dando entrada a Rodrygo, que fue mano de santo. El brasileño resultó fundamental en la resurrección de su equipo. Por la banda derecha fue un peligro constante para el conjunto sevillano, que se apagó definitivamente. Rodrygo corrigió la mala primera parte que hizo Militao,que ya en el segundo tiempo se tranquilizó

Fue otro Madrid. Otro Sevilla.  Se cambiaron las tornas. El Real Madrid le hincó el diente al partido con una fuerza y poderío físico encomiable, mientras que el cuadro de Lopetegui se encogió como asustado ante la avalancha madridista que le atacaba por todos los flancos.

 En uno de tantos ataques, ligaron de maravilla Carvajal, esta vez como lateral izquierdo, con Vinicius y remató a gol de forma violenta Rodrygo, que se buscó el hueco con mucha picardía. El Madrid con ese gol al poco de comenzar el segundo periodo, se puso en plan remontada y ya se sabe, lo que eso supone. Todos los jugadores sumaron en el asalto final. Modric, ya fue Modric; Benzema se movía como un bailarín por todo el frente sevillano; Rodrygo traía en jaque a la defensa del Nervión. En fin era como una sinfonía perfectamente ejecutada.

Nacho que había sustituido a Lucas Vázquez, en la primera pelota que tocó, firmó el empate (2-2) y Benzema, el hombre guía de este Madrid, certificó la victoria que vale un Potosí,tras internada del inmenso Rodrygo.

Fue un triunfo memorable, que dignifica a todo un campeón, el Real Madrid, que ya toca la liga con las manos.

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