Ya va siendo hora de desmitificar el juego del Barcelona que ya no es ni sombra de lo que fue. En el partido disputado en el CAMP NOU que finalizó con empate (0-0), y que tanta expectación había levantado por muchas circunstancias, fue un ejercicio de superioridad del Madrid sobre un Barça desconocido que desde el minuto uno renunció a sus principios de posesión y dominio.
Los aficionados del Barça no dejaron de frotarse los ojos ante una situación que no dejó de sorprenderles: El dominio del gran rival en campo propio. Y es que el Barcelona ya no es aquel equipo que necesita acariciar el balón para sentirse bien. No les importa ni la posesión ni el control del juego, y mucho menos la estética. Todo reside en encontrar la manera de llegar a Messi y que éste, a campo abierto, pueda ofrecer cierto alivio. En esta ocasión, ni eso, porque los centrocampistas del Madrid empezando por Casemiro y siguiendo por Valverde le taparon a las mil maravillas.
Fue un buen partido, un clásico con mucho morbo por las circunstancias políticas, pero que afortunadamente se jugó en paz, solo interrumpido un momento al inicio de la segunda parte por el lanzamiento de balones amarillos (desconozco a estas horas, lo sucedido después).
El Real Madrid le dio un auténtico meneo de fútbol al Barça. Le dominó de cabo a rabo, por ambición, por juego, por ganas y por todo. Fue un dominio absoluto que no tuvo recompensa por esas injusticias del fútbol.
El equipo blanco no ganó por Ter Stegen que hizo dos intervenciones de gran mérito, y sobre todo por el VAR que no quiso intervenir en dos jugadas consecutivas, con Varane como gran perjudicado, en las que el colegiado, el canario Hernández Hernández , no vio y menos aún quiso ver, el que controlaba el vídeo, Bengochea, ese sospechoso colegiado que expulsó a Ronaldo de la Supercopa en una decisión claramente injusta. ¿Se acuerdan?
Primero fue Lenglet quien dejó los tacos al central francés en el área. Rakitic también agarró de la camiseta a Varane. El VAR no ha modernizado el fútbol. Simplemente, le ha ofrecido nuevas armas para perpetuar la polémica. Todo sigue exactamente igual, se favorece a los mismos.Mucho Tsunami; mucha política y al final en el Camp Nou hubo mucha, pero que mucha polémica que favoreció claramente al F.C. Barcelona. No vayamos a molestar, verdad señor Hernández? Esto es una vergüenza.
Digo yo, ¿Mandará ahora el señor Bartomeu una carta de queja sobre la actuación arbitral a la Federación española de Fútbol?. Como sería la cosa que por primera vez en mucho tiempo, él siempre modoso Butragueño, protestó claramente, y hasta alzó la voz, con razón, para decir que hubo dos penaltis a Varane donde el VAR debió intervenir. Pero, si te he visto no me acuerdo.
Pero independientemente de esa polémica, el Madrid le dio un baño a su gran rival,en sus propias narices. Fue más valiente que el Barça a quien dejó en cueros y que renunció a la pelota ante un equipo blanco fuerte, profundo y absorbente. No consiguió la meta porque sigue regañado con el gol. Le faltó ese instinto asesino que le está faltando en los últimos partidos,. Con Hazard, estoy convencido, que la victoria hubiese sido un hecho.
El mensaje que deja el Real Madrid tras este partido, es que se sienta en la misma mesa para disputarle esta liga al Barcelona. De momento, y por lo que se ha visto en el Camp Nou demostró que está en el buen camino, que su mejoría es un hecho. Al espíritu y alma que está poniendo en los últimos encuentros ,se suma cada vez más sacrificio, compromiso y ganas.
Todas estas cualidades las exhibieron en el feudo azulgrana, pero aparte del corazón que pusieron, les faltó la pólvora. Les faltó rematar al Barça. En este caso, se puede decir que el Tsunami blanco perdonó a los azulgranas.
Pero visto lo visto, y aún sin la falta de gol. Lo mejor del Real Madrid es que jugó con gran autoridad, sobre todo en la primera parte que anularon a un Barcelona racano y desconocido.
El lema de los independientistas era “sit and Talk” siéntate y habla, y el Real Madrid les dijo, siéntate y ve cómo se juega al fútbol. Zidane, ha conseguido recuperar la ambición de un equipo que estaba perdido. Hay hambre en las filas blancas y también hay gran enfado por la grave actuación arbitral que claramente ha perjudicado al Real Madrid.
A los de Zidane, solo les faltó lo más importante en el fútbol: pegada, el gol. Benzema no tuvo suficiente apoyo de Bale, que no jugó mal pero no destacó en un partido hecho a su medida. Lo más destacado de los blancos fue la defensa, y sobre todo el centro del campo, donde Casemiro y Valverde, que crece cada día un poco más, tuvieron las mejores ocasiones con disparos desde lejos. Al brasileño, Pique le sacó un balón en la línea de gol. Desde fuera del área, el Madrid fue un peligro constante. Por cierto, como decíamos, Valverde, en cada partido crece en personalidad y responsabilidad. Va para crack.
El primer reto lo ha ganado, claramente, el Real Madrid que con ambición y energía le quitó la pelota al Barcelona que se comportó como un equipo vulgar.
