El campeón de liga regresó a la competición y volvió con el mismo problema, la falta de gol, la esencia del fútbol. Sin él, no hay paraíso.
Real Sociedad y Real Madrid empataron (0-0) en un partido muy dinámico pero de poca dinamita. El equipo de Zidane tuvo la posesión pero continúa lamentando su falta de pegada. Ante la Real, más conservadora que nunca, el Madrid no encontró el camino del gol ni por las bandas ocupadas por Vinicius y Rodrigo, ni por el centro del campo donde Martín Odegaard estrenó titularidad en detrimento de Casemiro, y mucho menos desde la posición de Benzema, que estuvo poco acertado y además nunca le encontraron sus compañeros.
A pesar de que la Real Sociedad, con muchas e importantes bajas, se defendió muy bien y tuvo hasta dos ocasiones clarísimas de marcar, una de ellas abortada magníficamente por Courtois, al Real Madrid, muy estético y dominador, le faltó colmillo. Si tuvo frescura con la presencia de Rodrygo, Vinicius y Odegaard pero careció de esa pegada que se espera de un equipo como el blanco, que a la hora de pisar el área se le apagan las luces para finalizar su buen juego, sobre todo en el primer tiempo. Eso fue lo que sucedió en el Real Arena de Donostia.
Imanol Alguacil, ante las bajas de muchos de sus titulares, presentó un equipo muy joven con una media de 23 años. Quizá por esa juventud a la Real le costó arrancar en el primer tiempo. Luego, en el segundo periodo despertó y metió en problemas a un Real Madrid que gobernaba el partido pero sin trascendencia por esa falta de un matador del área.
Sin Apenas chispa ofensiva, Zidane se olvidó de que en el banquillo tenía dos delanteros centro: Borja Mayoral y Jovic.
Corría el minuto 70 de partido con empate a 0 en el marcador. Al equipo madridista le faltaba gol. Lo más lógico hubiese sido que Zidane hubiese apostado por uno de los dos delanteros que tenía en la reserva, concretamente de Jovic, jugador que el recomendó y que al club le costó 60 millones de euros. Pues, para llevarnos la contraria optó por hacer tres cambios de una tacada y ninguno era delantero centro puro como son Casemiro, Valverde y el juvenil, que debuta con el Madrid, Marvin, sustituyendo a Odegaard, Modric y Rodrygo.
Con estos movimientos nada cambió. Al Madrid le siguió faltando gol y algo más… Todo fue muy previsible.
No seré yo quien ponga en duda la valía de Zidane como entrenador, pero muchas veces toma decisiones inexplicables y poco adecuadas ¿Cómo es posible que faltando pólvora a su equipo no eche mano de uno de los dos delanteros centro que tenía en el banquillo? Ustedes lo entienden, yo no.
El caso es que vimos al mismo Madrid de antaño, muy aseado, pero con poca mordiente. Vinicius, con sus regates y velocidad, fue el único que hizo algo distinto. El brasileño contó con la colaboración de Mendy que sigue progresando. Rodrygo, en cambio estuvo muy tímido, casi nunca se atrevió hacer el uno contra uno a Aihen. Odegaard, que jugó por detrás de Benzema y por delante de Kroos y Modric, estuvo más preocupado de no fallar que de hacer su juego creativo. Varane, después de su desastre en Manchester, se reivindicó con un buen partido.
En el segundo periodo, a pesar de pequeñas escaramuzas de uno y otro equipo, los dos sellaron un empate que satisfizo más a la Real Sociedad que al Madrid. No tardaron en intervenir los entrenadores con un buen carrusel de cambios. Y por ahí apareció el fichaje estrella de la Real, Silva de vuelta a la liga 10 años después. Respondió Zidane con tres relevos a la vez, los ya mencionados Valverde, Casemiro, el cadete y debutante Marvin, que suele jugar por la banda derecha. No fue el único que se estrenaba en el primer equipo, también lo hizo Arribas, un joven jugador que tiene un guante en su pierna izquierda.
Zidane prefirió antes a dos becarios que a dos jugadores ya contrastados como Jovic y Borja Mayoral. No lo entiendo. Y es que Zidane es un entrenador muy particular.
El caso es que al Real Madrid en su regreso a la liga, le sigue faltando gol, su asignatura pendiente desde que se fue Cristiano Ronaldo.
